En esta estupenda noche primaveral vamos a darle forma a la biografía de una espectacular guitarrista llegada de Serbia. Hoy es la noche de Ana Popović.
Ana nace el 13 de mayo de 1976 en Belgrado por lo que en una semana justa cumplirá la edad de 46 primaveras. Es cierto que suena raro que una guitarrista serbia sea una primera espada musical del Blues (rare e unusual más que odd o queer, que diría Graciela, mi profesora de inglés; es decir, más excepcional que extravagante), pero en el caso de Ana todo vino de la mano de su padre, Milton Popović, guitarrista, quien la orientó hacia el mundo de la música Blues y la estimuló para que comenzase a tocar la guitarra a la edad de 15 años. Creció envuelta en jam sessions, casi todas las noches en su propia casa, que hicieron que el Blues corra por su sangre. En 1995, apenas 4 años después de iniciarse en el instrumento, Ana funda la banda Hush en compañía de Rade Popović (guitarra, voz), Milan Sarić (bajo) y Bojan Ivković (batería). Puede parecer pronto, pero en su caso estaba perfectamente preparada. Cuando yo tenía 19 años (empecé a tocar a la misma edad que ella, a los 15) siempre pensaba que tenía que tocar y estudiar más antes de poder formar una banda y, evidentemente, estaba en un error, ya que, aunque los conocimientos sean pocos, resulta importante compartir ensayos y conciertos con otros músicos, la adolescencia es una edad ideal para exponer sentimientos y emociones, y, por supuesto, para superar el trance siempre difícil de tocar en público; pero no por estudiar más y tener mejores compañeros se va a evitar el miedo escénico que sólo con la experiencia se puede llegar a controlar (seguramente no del todo).
El estilo del grupo de Popović bebía del Blues pero con elementos del Funk, (género musical propiciado por músicos que fusionaban soul, jazz, ritmos latinos y R&B dando lugar a una nueva forma musical rítmica y bailable), y del Soul (término adoptado para describir la música afroamericana en los Estados Unidos a medida que ésta evolucionó entre las décadas de 1950 y 1970); en cualquier caso, una música muy alejada de la tradición europea. Su primera actuación fue en su ciudad, Belgrado, en el Club Vox, un coqueto establecimiento nocturno en el que los conciertos en vivo son sello habitual y en concreto los de bandas de Blues. En sus primeros años el grupo Hush actuó por todo el país, incluso arribó también al vecino país de Grecia, trayectoria que lo consolidó como un referente de este estilo musical en Centroeuropa al punto de conseguir participar en el Marsoni Blues Festival en Senta (Serbia) y también en el Quinto Festival Internacional de Blues, Jazz y Rock de Hungría, que dio lugar a un álbum en vivo. Las puertas internacionales se iban abriendo mientras se consolidaba el crecimiento y buen hacer en vivo del grupo.
Y es que Hush es una banda que se proyectó desde los escenarios. Y así, mientras otros artistas lanzan sus álbumes y replican sus canciones en giras y conciertos, la banda de Popović generó interés de las productoras tras su tarjeta de presentación en los conciertos. En 1998 Hush tuvo más de un centenar de actuaciones, entre clubes de Blues y festivales. Ese mismo año llega su primer trabajo discográfico de estudio: Hometown, que lanzaron a través de PGP-RTS (importante sello discográfico con sede en Belgrado). Es un álbum que alterna canciones propias y versiones de Blues, contando con invitados como Vojno Dizdar (al piano eléctrico y órgano Hammond), Petar “Pera Joe” Miladinović (a la armónica), Aleksandar Tomić (al saxofón tenor) y Predrag Krstić (a la trompeta), trabajo producido por Aleksandar Radosavljević; y del que vamos a escuchar uno de sus temas titulado como el álbum (Hometown), y así entramos en calor: https://youtu.be/0_RQX2Drqc0.
Suena muy americano, con letra en inglés, y una instrumentación propia del Blues, lo que demuestra que los estilos son universales por más que sean genuinos de determinadas partes del mundo.
El grupo Hush se disolvió poco después, en 1999. La razón fue que la buena de Ana consideró que era el momento de irse a estudiar a tiempo completo guitarra moderna y eligió Holanda como destino de perfeccionamiento musical; decisión que seguro que no fue fácil, pero que demuestra una madurez artística y la humildad de quien ya se ha labrado un nombre en la escena musical pero que quiere sacar mejor provecho a su potencial a través del estudio que, como en todos los campos de conocimiento, resulta necesario y en sede musical es clave para transformarse y evolucionar artísticamente.
Su periplo holandés pronto la llevó de nuevo a los escenarios pero esta vez girando en solitario con sus propios músicos. De este período destaca su participación en un álbum tributo a Jimi Hendrix Blue Haze: Songs of Jimi Hendrix, junto con otros notables músicos: el cantante británico Eric Burdon (1941), el cantante y multi instrumentista norteamericano Taj Mahal (1942), el baterista también estadounidense Buddy Miles (1947-2008), la banda texana de Blues Double Trouble, o el guitarrista estadounidense, por cierto, zurdo como Hendrix, Eric Gales; es decir, un elenco bien representativo de lo mejor del Blues mundial. Su colaboración en el álbum tributo se materializó con una versión de la canción Belly Button Window, que escuchamos seguidamente: https://youtu.be/mU2X7qMCIcQ. La verdad que suena muy auténtica y te lleva a la América profunda, dicho sea en la mejor clave musical, versión con la que el bueno de Jimi a quien dedicamos aquí una biografía el 8 de marzo de 2019: Jimi Hendrix: contigo empezó todo, seguro que estaría encantado.
Pronto llegaría su álbum debut en solitario: Hush, -como su primera banda-, que produjo el sello alemán Ruf Records, grabado nada menos que en Memphis, ciudad sobre el río Mississippi, en el suroeste de Tennessee, y universalmente famosa por la música blues, soul y rock ‘n’ roll, y en la que grabaron artistas tan universales como Elvis Presley, B.B. King y Johnny Cash; grabación en la que además de los miembros estables de su banda intervinieron también músicos de estudio. Si emblemático fue el lugar de grabación, su productor también estuvo a la altura ya que estamos hablando de Jim Gaines, quien previamente trabajó con Carlos Santana (a quien dedicamos también aquí un espacio el 3 de mayo de 2019: Carlos Santana: Rock con ritmo latino y afrocubano), John Lee Hooker (de cuya biografía nos ocupamos aquí el 10 de abril de 2020: John Lee Hooker ¡Ya era hora!), y Alexis Korner, entre muchos otros, contando además con Bernard Allison (1965), guitarrista de blues estadounidense afincado en París.
Con estos mimbres el “cesto” musical salió redondo y la buena de Ana tuvo que, como tantos artistas de éxito, subirse al carro de las interminables giras para exponer en vivo su gran trabajo discográfico, interrumpiendo su etapa de estudio en un momento propicio para su explosión definitiva en el firmamento artístico más exclusivo.
La corriente de este primer trabajo y sus réplicas en vivo facilitan (incluso exigen) la producción de un segundo disco en 2003, titulado, Comfort to the Soul, que igualmente es grabado en Memphis y producido por Jim Gaines, y cuya principal característica es la atinada fusión de cuatro estilos hermanos (casi mejor diríamos “primos hermanos”) como son el Blues, el Jazz, el Soul y el Rock (cualquier que haya “empuñado” una guitarra moderna, eléctrica o acústica, y se haya aproximado a algún manual de aprendizaje ha tenido que tocar fragmentos de los cuatro estilos.
El siguiente trabajo fue un disco en vivo, en 2005, titulado Ana! Live in Amsterdam, que fue grabado durante su actuación en el club Melkweg de Amsterdam (se trata de uno de los más famosos centros culturales de Ámsterdam, en el que se representan variadas disciplinas artísticas: música-danza, teatro, muestras cinematográficas, fotografía, y exposiciones).
Llegamos a 2007, y Ana lanza el álbum Still Making History a través del sello discográfico estadounidense Eclecto Groove Records (fundado en ese mismo año); trabajo, al que siguió, ya en 2009, el álbum Blind for Love, y en 2011 Unconditional a través del mismo sello. No puede decirse que el bautismo de fuego de este sello musical fuese modesto ya que tanto Still Making History como Unconditional alcanzaron el número uno en la lista Billboard Blues de Estados Unidos (de la revista del mismo nombre), conocida actualmente como la lista Hot R& B/Hip-Hop Songs.
En 2013 llega el turno del álbum Can You Stand the Heat, lanzado a través de ArtisteXclusive Records. El álbum, producido por Tony Coleman, fue grabado por un espectacular conjunto de músicos: John Williams en el bajo, Harold Smith en la guitarra rítmica, Frank Ray Jr. en el órgano y el propio Tony Coleman en la batería. Su participación en el Festival de Jazz y Herencia de Nueva Orleans vino de la mano de una nueva banda con nueve músicos: Ana Popovic & Mo ‘Better Love.
Sus restantes trabajos discográficos se completan con Trilogy (2016) y Like It on Top en 2018.
La verdad, admirada Ana, que tu ritmo casi bienal de trabajos discográficos resulta tan regular como consistente y -casi casi- que podemos hablar de una chica de origen serbio pero también de corazón norteamericano, al punto de que desde 2012, hace ya diez años, te has mudado a Estados Unidos, primero en Memphis y luego a Los Ángeles (California); tu actual centro de operaciones, bajo ese sol que te carga las pilas y te hace feliz. Y no me extraña, tras muchos trabajos grabados en tierras estadounidenses junto con tantos y tan buenos músicos de allí resultaba tentador quedarse y seguir empapándose de la mejor música negra y blanca de raíces americanas que tanto ha influido en tus composiciones. Has tenido el privilegio, querida Ana, de conocer y compartir horas de estudio y de conciertos con buena parte de los mejores y más competentes músicos del Blues de la actualidad: seguro que recordarás con cariño cuando en el festival de Rhythm & Blues en Bélgica (2003) el pionero del Soul y del Country, Solomon Burke (1940-2010), te invitó a unirte a él en el escenario y después le acompañaste el resto de la gira como invitada; o cuando actuaste con el gran B.B. King, a quien dedicamos aquí un espacio el 14 de diciembre de 2018 B de Blues: B.B. King, o qué decir de tus colaboraciones habituales con el guitarrista y cantante de Blues estadounidense Joe Bonamassa (1977). Y es que ya se veía que tu trayectoria musical iba a desbordar las previsiones más optimistas: ya en tus inicios, en 1996 deslumbraste a la banda de Rock de Belgrado Piloti tocando la guitarra slide en su álbum Dan koji prolazi zauvek (El día que pasa para siempre). El reconocimiento de tu talla musical ha venido de la mano de prestigiosos premios como: el Premio Jazz en Juan-les-Pins, Francia (2004), o al mejor DVD de Blues en los Blues Matters Awards, Reino Unido (2011), aparte de múltiples nominaciones en festivales entre las que destaca la del primer-a artista de Europa nominad@ a Mejor Artista Nuevo Debut en los WC Handy Awards (premios otorgados por la Blues Foundation, que reconoce a músicos y compositores de este género). No sé si eres de esos artistas que no le dan demasiada importancia a los premios o de quienes se matan por conseguirlos aunque, de cara a la galería, no lo reconozcan, pero, querida Ana, que una chica serbia, europea, se coloque en primera línea de la música Blues norteamericana resulta brutal y no es, desde luego, una moda pasajera tras un par de hits sino la trayectoria regular y constante de una intérprete que ha sabido desarrollar todo su talento y potencial, que descubriste cuando tu padre puso una guitarra en tus manos, tú pusiste el corazón y el tiempo generó una maravillosa enarmonía de talento y creatividad (con Sting y Tom Waits como referentes de tu línea compositiva); y es que, admirada Ana, si el Jefe, Bruce Springsteen, dijo que eras “un demonio de guitarrista”, no puedo sino ratificar a Bruce y felicitar tu trayectoria artística, en la que sé que quieres tener un control total de las canciones y, por eso, actúas en solitario eligiendo a los músicos idóneos para cada proyecto; por cierto, me parece genial esa práctica muy tuya de grabar un disco en diferentes ciudades dejando que las canciones te lleven al lugar que sea, nunca prisioneras de un estudio determinado. Y tu personalidad está fuera de toda duda. La portada de Uncondicional levantó críticas entre algunos sectores tradicionales del mundo del Blues: no les gustó “el cuadro” por ir ligera de ropa (siendo generoso con la expresión), pero esos mismos puristas no pudieron encontrar un ligado mal ejecutado, y es que se trata de tocar, sin ambages, y en esa tesitura, la preciosa Fender Stratocaster de 1964, de la que no te separas nunca, guitarra elegante e intemporal, no podía haber encontrado mejor embajadora.
Y vamos a despedir la noche con la sensacional actuación en vivo de tu canción Johnny Ray (del disco Trilogy, 2016): https://youtu.be/6TZmyNW_iGo ¡Quién ha dicho que no se pueda contar una historia actual en clave de Blues!