Último fin de semana de 2023, ya próximos a la gran Fiesta de Fin de Año y entrada en el Nuevo Año 2024, en el que tod@s tenemos depositada la ilusión de que sea un buen año, cargado de bendiciones y grandes experiencias por vivir. Ojalá que sea así y que podamos contemplar 2024 dentro de un año como un período agradable y feliz. Pero ahora toca terminar el presente 2023 y por lo que respecta a este blog lo vamos a hacer de la mano de una excelente guitarrista de Rock Duro. Esta noche hablamos de Carina Alfie.

Nuestra protagonista nace en Buenos Aires (Argentina) el 15 de marzo de 1968, por lo que cuenta con 55 años y una estupenda carrera artística. Carina no fue una guitarrista precoz ya que comenzó a tocar seriamente con 18 años pero su progresión instrumental fue espectacular con una técnica depurada  y una original expresividad. Su primer recital fue a fines de 1988 con la Rouge Band, todas chicas tocando Hard Rock. Los primeros grupos en los que actuó fueron  “Heroínas”  (primeramente denominada “Ángel”) y después en “Paysana”, grupos integrados exclusivamente por mujeres en una época, años noventa, en la que no era común, por lo que cuando hablamos de Alfie se puede decir que ha derribado un importante techo de cristal en el campo musical de la sociedad argentina y también mundial. ¡Bravo por ella!

No obstante, su talento no está exento de formación. Tras comenzar en su adolescencia con la guitarra criolla pasó por el Conservatorio donde estudió también piano. Su interés por la música, por la composición y por la investigación del fenómeno musical fue siempre estimulante para Carina desde que comenzó a tocar. Quizás os preguntaréis qué es eso de la guitarra criolla. Pues bien, es lo mismo que decir guitarra clásica; esto es: lleva un grupo de cuerdas metálicas entorchadas y otro grupo son cuerdas de nylon, las cuales producen un sonido muy natural y dulce. Las guitarras clásicas, guitarras españolas o guitarras criollas son la mismas, lo único que cambia es el nombre de acuerdo con la región o país donde se toca.

Su estilo musical pivota entre el Rock Instrumental y el Hard Rock. Cuando hablamos del Rock Instrumental  nos referimos a un subgénero de Rock and Roll  que hace hincapié en los instrumentos musicales, y que cuenta con ninguna o muy poca voz en los temas, a modo de música de fondo, si bien colocando en primera línea a instrumentos en sustitución de la voz, siendo muchos los artistas que se prodigaron en este campo; uno de ellos el gran guitarrista Carlos Santana, a quien dedicamos aquí una biografía personalizada el 3 de mayo de 2019: Carlos Santana: Rock con ritmo latino y afrocubano .

Por lo que respecta al Hard Rock, Rock Pesado o Rock Duro, como hemos tenido ocasión de tratar aquí, se trataría de un subgénero vagamente definido de la música Rock -precisamente por incluir músicas con diferentes planteamientos y puestas en escena, surgido a  mediados de la década de 1960 a partir de los movimientos de estilos más consolidados o definidos como el Garage Rock, el Blues Rock y el Rock Psicodélico. El Hard Rock se caracterizaría por el uso de letras agresivas acompañadas por guitarras eléctricas distorsionadas junto a un bajo y una batería, y, en ocasiones, incorporando teclados.

Carina va encontrando su lugar en la música espoleada por un talento descomunal  de la mano de su su grupo “Lunatycas” , direccionando su carrera hacia el Rock Instrumental, ya en torno a 1995,  tras una evolución in crescendo hacia los estilos más duros del Hard. Su primer disco se titula “Aislamiento” y se publica en 1997, cuando nuestra artista tenía 29 años, trabajo que fue seguido por el álbum “Mundo interior” (2000).

Su carrera discográfica se completa con los siguientes discos: “Cuerdas Vitales”, -en el que cuenta con la colaboración de varios guitarristas argentinos-, “Transmission” (2004), -disco grabado en  los estudios de Steve Vai,“The Mothership”, genial guitarrista estadounidense a quien dedicamos un espacio en este blog el 9 de abril de 2022: Steve Vai, un genial intérprete con la guitarra eléctrica de triple mástil
historia que felizmente surge cuando Steve Vai visita por segunda vez Argentina-,  seguido de “Intuición” (2005) y “Electric Fuzz” (2007).

No obstante, Carina se involucra en nuevos proyectos musicales que igualmente alumbrarían trabajos discográficos. Y así, en 2012, forma ANYA, banda integrada únicamente por mujeres: Carina Alfie (Guitarra), Mónica Rodriguez (Voz), Marcela Maiz (Bajo), Melina Marciello (Batería) y Joana Gieco (Teclados), y en 2018 integra el G3 Femenino junto a Sol Quintas y Yamila Amaro, un proyecto eminentemente instrumental de estas  tres mujeres guitarristas; sin perjuicio de colaboraciones y giras como la asociada a la banda de Ricardo Iorio (1962-2023), músico y productor argentino, fallecido en el pasado mes de octubre, y que fue uno de los impulsores de Heavy Metal de su país.

Es el momento de disfrutar de esta fenomenal guitarrista con el vídeo del tema “Canto al Sol”: https://youtu.be/r3jQ0aCoIbk en el que pueden apreciarse buena parte de las cualidades que colocan a esta artista en la vanguardia internacional de la interpretación de la guitarra eléctrica, su pulcritud técnica maridada por una elegante expresión resultan conmovedoras.

Ha sido un auténtico regalo de Navidad descubrirte, querida Carina, y una auténtica condena por no haberlo hecho hasta ahora, pero, afortunadamente, me he subido al tren y el viaje es largo porque, pese a tu consistente carrera, sigues felizmente involucrada en diversos proyectos de Rock Instrumental. No puedo imaginarme cómo habría sido aquel primer encuentro casual con Steve Vai en su segunda visita a Argentina, casi casi como si nos visita un ángel del Cuento de Navidad, aunque tratándose de Steve bien podría haber salido del tenebroso mundo de los demonios, pero, ángel o demonio, es un auténtico “Dios” tocando la guitarra; y de ese encuentro surgió, nada menos, que la invitación a compartir un tema en el show de aquella noche de 1997, sucediéndose más encuentros en tu ciudad, Buenos Aires -que tantos españoles sentimos como propia y siempre cercana y hospitalaria-, y en Los Angeles, a raíz de los cuales se da la posibilidad de grabar en el estudio The Mothership, propiedad de de Steve. Pero, aunque, humildemente, reconoces que no terminaste una carrera musical académica, bien puede decirse que la construiste desde la práctica llegando a un nivel de desempeño técnico y, sobre todo, creativo, difícilmente aprendible entre los fríos muros de un Conservatorio; pero, además has tenido la inspiradora generosidad de poner a disposición de quienes se inician en la música o bien perfeccionan su estilo tus conocimientos y experiencias en un libro titulado “Rock Vital”, que contiene ejercicios de sweep picking (compleja técnica de guitarra creada en los años 80 por Frank Gambale, la cual permite interpretar piezas clásicas para violín con guitarra eléctrica, economizando los movimientos de la púa que se mueve como una escoba, haciendo un barrido por una selección de cuerdas, de modo que con un solo movimiento se tocan una sucesión de notas con mucha rapidez), construcción de solos, muchos ejercicios de velocidad, diversidad de escalas, ejercicios de arpegios, etc. Un manual más que recomendable para aprender y perfeccionar. Pero, como bien destacas, admirada Carina, resulta imprescindible una práctica constante y bien enfocada para alcanzar objetivos ambiciosos: “uno empieza en su habitación sentado, después te parás y tratás de repetir lo que tocabas de sentado. El siguiente paso es ir a la sala de ensayo, probar sonidos, ensamblarse con la banda. Y el próximo paso es el escenario. Si uno está cómodo con lo que está haciendo, todo va a ser más fácil. Está todo en tu cabeza, en trabajar no sólo con la técnica sino también con tu mundo interior”. Y así lo has hecho tú exitosamente, con esa guitarra  Washburn de siempre; eso sí, con los adicionales personalizados que has incorporado: colocando en el puente un DiMarzio Steve Special (Humbucker, pastilla doble desarrollada por Steve Vai), y un sistema de vibrato Daniel’s (luthier argentino); sin olvidarnos de tus guitarras orientales: Ibanez y Yamaha. Y ese espectacular sonido se reproduce por el canal limpio de la cabeza Marshall JCM 900, pero sin olvidarnos de la distorsión tan característica de tu estilo combinando diferentes efectos. El sonido final resulta sensacional y representa no solamente un genial talento interpretativo sino también un largo proceso de investigación sonora, ayudado por esa inquietud tan personal de investigar el sonido, jugar con él para finalmente atraparlo bajo tu sello. ¡Chévere!