Noche vibrante de fútbol en la que el equipo de mi ciudad, el Real Oviedo, remontó ante el Elche C.F. en un vistoso partido, para ganar 3-2, momento que compartí con un violinista norteamericano que toca en la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), natural de Búfalo (Estado de Nueva York) y asturiano de adopción tras más de 30 años en nuestra tierra. Y, precisamente, de Búfalo es la excepcional guitarrista de la que vamos a hablar hoy. Esta noche toca escuchar a Ani DiFranco.

Nuestra protagonista nace el 23 de septiembre de 1970. Comienza con la música con apenas 9 años, estimulada por sus padres, grandes amantes de la música folk. Y, querid@s amig@s, ya con esa edad comienza a tocar en vivo acompañando a su profesor de guitarra en un concierto en el que interpretaron canciones de The Beatles. Sus influencias, no obstante, giraban más bien sobre estilos intimistas y acústicos como los presentados por Suzanne Vega -sobre cuyo hit  “Luka”  mi grupo, Unexpected Visit hizo una versión en junio pasado, disponible en la sección de música de nuestra web-, o Michelle Shocked, cantautora de folk estadounidense.

Su inquietud artística la movió a estudiar ballet, dejando en un segundo plano a la guitarra, pero sería apenas un interludio temporal porque a los 14 años, edad en la que se forjan muchas vocaciones, apostó definitivamente por su carrera musical y se adentró en el mundo compositivo; período éste que coincidió con su temprana emancipación familiar a la insultante edad de 15 años, comenzando a vivir de forma vertiginosa y trepidante a la par que bullían geniales ideas artísticas que pronto iba a proyectar en sus canciones. Esta precocidad en la forma de vivir y de actuar resulta aún más impactante cuando conocemos que en 1989, apenas cumplida la mayoría de edad funda su propio sello discográfico: Righteous Babe Records,  grabando poco después su primer trabajo titulado como ella “Ani DiFranco”. Resulta muy audaz lanzarse a esta aventura empresarial en un entorno temporal en el que las grandes multinacionales del disco  gobernaban con puño de hierro la música, si bien pronto se desvanecerían hasta el punto de parecer casi irrelevantes en el panorama musical de hoy.

Hablamos también con Ani de precocidad compositiva pero ¡qué decir de la cantidad de temas que tenía creados con apenas 19 años! Superaban el centenar; es decir, tenía terminadas más canciones que algunos músicos o bandas a lo largo de toda su carrera. Y es que Ani DiFranco tenía y tiene muchas cosas que decir. Llegados a este punto recuerdo la biografía realizada aquí sobre Jorge Martínez el 29 de julio de 2023: Jorge Martínez, voz, guitarra y alma de “Ilegales” emblema del grupo asturiano “Los Ilegales” cuando criticaba con conocimiento y precisión a aquellos artistas que no decían nada en sus canciones poniendo en valor a aquellos que sí decían y sabían lo que tenían que decir y, desde luego,  Ani es una de estas últimas, baluarte del activismo feminista y de la sabia habilidad de trenzar historias estimulantes en sus canciones.

Y para muestra un pequeño botón. Comparto con vosotros un vídeo de YouTube, un directo del tema “The Thing At Hand”: https://youtu.be/iTb7Om6syak , canción hermosa y vital de 2022.

En sus canciones hay compromiso social y espacio para tratar con sensibilidad temas siempre controvertidos como la homofobia, el abuso sexual, el sexismo o el racismo,  y ella lo hace con esa voz poderosa y pulcra a la vez desde una tesitura contralto nada común, porque nada es común en Ani, con letras sofisticadas, aliteración (repetición de fonemas buscando destacar un aspecto sonoro y expresivo) y juego de palabras; en suma, una malabarista del lenguaje, trazando atinadas combinaciones con el sonido de sus melodías.

Como guitarrista no puede negarse su virtuosismo en punteo rápido y su extraordinaria habilidad con la guitarra acústica -como hemos podido comprobar en el vídeo anterior- , sin perder de vista el marcado estilo de staccato en sus articulaciones rítmicas, en el que la nota se acorta respecto de su valor original y va separada de la nota que viene a continuación por un silencio.

DiFranco es también una competente multi instrumentista. Entre sus muchos trabajos discográficos destacaría el titulado Educated Guess de 2004 en el que nuestra artista graba todos los instrumentos sola en su casa  y únicamente cuenta con la colaboración de Greg Calbi, para masterizar el trabajo, encargándose igualmente Ani de gran parte del diseño de la portada.

Sus trabajos discográficos son los siguientes: Ani DiFranco (1990), Not So Soft (1991), Imperfectly (1992), Puddle Dive (1993), Out Of Range (1994), Not a Pretty Girl (1995), Dilate (1996), The Past Disdn´t Go Anywhere (1996), Little Plastic Castle (1998), Up Up Up Up Up Up (1999), To The Teeth (1999), Fellow Workers (1999), Revelling/Reckoning (2001), Evolve (2003), el ya citado Educated Guess (2004), Knuckle Down (2005), Reprieve (2006), Red Letter Year (2008), Which Side Are You On? (2012), Allegic To Water (2014) y Binary (2017).

A estos albumes de estudio hay que sumar varios discos en vivo y múltiples colaboraciones con artistas, muchos de otros estilos, tan prestigiosos como Prince.

Querida Ani, tengo la sensación de que, a diferencia de otros artistas, no te importan demasiado los premios y reconocimientos pero me he molestado en comprobar que sales a un premio o nominación por año y eso no es casualidad, como tampoco lo es que fueses capaz de involucrar a tantos seguidores a principios de los noventa -tiempos ajenos a las redes sociales y multidifusiones que estaban por llegar-, sin la apuesta de un sello discográfico potente, simplemente con tu buen hacer en el escenario y el boca a boca de tantos fans a los que emocionabas con tus profundas canciones. Pasaron los años pero tu forma de contar esas historias personales, a la vez universales, sigue plenamente vigente porque tratan sobre la esencia del ser humano: sus emociones, su bienestar, su pensamiento libre, la lucha por la igualdad, la libertad de decidir. Esa riqueza espiritual que desprende tu creatividad estimuló a muchos -y yo me sumo- a que pasaras también a la acción poética por más que tú preferías en aquellos momentos innovar en el ámbito audiovisual proyectando un documental sobre tantos festivales folk en los que tuviste destacada presencia. Pero, finalmente,  los tristes hechos del atentado del 11 de septiembre de 2001, dieron pie al poema “Self Evident” y es que nadie mejor que una neoyorkina como tú, que en aquel momento estaba en Manhattan, con esa maravillosa y genial forma de trenzar palabras para relatar en clave poética una experiencia tan intensa y emotiva como la vivida en aquellos días. Otra noche lluviosa de otoño recordaremos el poema. Yo hoy prefiero invertir mi tiempo en una apuesta más optimista y vital como tu libro de memorias No Walls and the Recurring Dream, publicado por Viking Books en 2019. ¡Qué gran experiencia habría sido compartir durante un mes tu adolescente vida itinerante, durmiendo en tantas casas como conciertos dabas en diversos lugares; una lección maestra, la Universidad  de una vida  emocionante y por momentos arriesgada. ¿Y quién no quiere participar en ese juego con 15 años? Pero no todos tenemos el coraje necesario para hacerlo. Tú no tienes que inspirarte para componer porque vives las historias que compones, haces gemir las metálicas cuerdas de tu guitarra acústica y lanzas esa voz desgarradora para enfatizar tu mensaje, necesario y libre, en el que pones en valor la igualdad de la mujer, su libertad de vivir como has vivido tú, sin ataduras, sin sumisiones, con espíritu crítico.

Ani DiFRanco, mucho más que una gran cantautora, una pionera de los derechos de tod@s, un verso libre entre tanto encorsetamiento moral, una artista independiente felizmente universal.