Esta noche fría de invierno vamos a retomar el mundo de los clásicos y descubrir en las próximas dos horas a una guitarrista extraordinaria de trayectoria artística impecable. Hoy hablamos de Zsófia Boros. Nuestra protagonista, pese a ser húngara, nace en Praga el 22 de agosto de 1980. Curioso, ¿verdad? Pues es así. No siempre la nacionalidad la atribuye el lugar de nacimiento (ius soli) sino que buena parte de las veces viene atribuida por los padres (ius sanguinis), aparte de los diversos procesos de nacionalización en edades adultas que pueden acontecer. Pero, tranquilos, que este blog es felizmente de música o, mejor dicho, de buena música en diferentes estilos.

Su formación musical en la adolescencia, de 1994 a 1998, se materializó en dos prestigiosos Centros: en el Conservatorio de Música de Bratislava (en Eslovaquia) y en el Conservatorio de Música Bartók Bélade de Budapest. Posteriormente completó sus estudios en la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena, entre 1998 y 2004, donde fue distinguida por sus resultados académicos que ya vaticinaban una carrera exitosa y universal. En 2001 recibe una beca del Centro Herbert von Karajan para continuar sus estudios de posgrado en la Academia de Guitarra Francisco Tárrega de Pordenone (Italia) que finalizó en 2007; centro que lleva el nombre de uno de nuestros compositores españoles de guitarra clásica más relevantes y al que dedicamos aquí una biografía personalizada el 2 de noviembre de 2018: Francisco Tárrega y “Su Capricho Árabe”.

En 2004 fundo el dúo AgiLeo con la flautista Daniela Lahner, dúo que recibió una subvención de trabajo de la Fundación Suiza Dr. Robert y Lina Thyll-Dürr en Elba, que posibilitó el lanzamiento de un CD llamado Evocion en 2005. En 2008 siguió el proyecto a dúo andANZAS con la bailarina vienesa de claqué Sabine Hasicka. Con su colaboración, ambos han desarrollado un nuevo formato musical, que ya han presentado una amplia audiencia desde Europa hasta el Medio Oriente y han inspirado a compositores a escribir nuevas piezas para su conjunto. Otro proyecto musical, también en formato de dúo, incluye el programa hecho en musikAtelier con el fagotista Austríaco Benito Dinkhauser.

Sus premios internacionales han sido constantes y reflejan una carrera volcada con la música clásica y un perfil artístico comprometido con la interpretación de las obras más reconocidas y universales escritas para nuestro querido instrumento, pero también con la composición en la que destaca especialmente. Entre sus premios más destacados se cuentan: Festival Musical del Norte de Londres (1995), 2º premio en el Concorso Internazionale Giovani Concertisti de Roma (2001), el Premio especial del Foro de Guitarra de Viena (2002), 1er premio en el Concorso Internationale Val Tidone en Italia (2005), 1er premio con el Dúo AgiLeo ganador del Concurso Niccoló Paganini en Parma (2005), 2º premio en el Concorso Europeo di Chitarra Classica Premio Enrico Mercatali en Gorizia/Italia (2006), 1er premio en el Premio Enrico Mercatali en Gorizia/Italia con el dúo AgiLeo (2006), 3er premio en el 8vo Concurso de Guitarra Clásica de Sernancelhe en Portugal (2006) y 2º premio en el 6º Concurso Internacional de Guitarra JKMertz en Bratislava/Eslovaquia (2008).

Su discografía se integra por los siguientes trabajos: Evocation (Duo AgiLeo) en 2005, -al que nos referimos antes- Musicbox (2008), En otra parte (2013) y Local Objects (2016).

Y, ¿cómo suena Zsófia? Ahora mismo lo vamos a comprobar con el enlace de este vídeo del tema “Nocturne” de Mathias Duplessy incluido en su último álbum (Local Objects): https://youtu.be/EIpmAmwdnyU.

La obra resulta conmovedora por su expresividad extrema sin perder la elegancia interpretativa y la pulcritud de un sonido de primerísimo nivel. En buena medida este sonido tan espectacular se debe a la perfecta postura de sus manos, muy especialmente la de la mano izquierda, colocando el pulgar muy abajo para facilitar la apertura de los dedos que fijan las posiciones y llegar a tocar los acordes más difíciles y que requieren una pulsación perfecta y coordinada, sin desmerecer, desde luego, a la mano derecha que pulsa las notas con los dedos muy juntos dando fuerza y precisión a las notas, manejando el volumen preciso para cada pasaje con un movimiento progresivo y preciso de la mano derecha a través de la caja, desde un sonido más metálico a otro más tenue a medida que se aproxima al mástil. Aquí hemos hablado de muchos guitarristas de música clásica, pero si tuviese que decir quién posiciona mejor las manos en orden a sacar el máximo partido del tamaño de los dedos y de la heterogeneidad del sonido en la pulsación probablemente no tenga un ejemplo mejor que el de Zsófia.

Resulta recomendable la consulta de la web de nuestra guitarrista de hoy para conocer sus actuales proyectos y disfrutar de algunos de los fragmentos de su música: http://www.zsofia-boros.com/.

Pese a su clara adscripción a la música clásica contemporánea, Zsófia ha explorado con éxito el mundo del jazz, tan repleto también de grandes talentos e intérpretes brillantes. Obsérvese este pasaje del concierto Zsofia Boros Jazz & The City Salzburg Kollegienkirche en 2017, interpretando “El Abrazo”: https://youtu.be/9h4C0dfEnp4.

La razón de traer hoy a Zsófia Boros al blog fue porque recientemente mi buen amigo Carlos de Alicante -al que nos hemos referido en otras biografías- compartió conmigo el vídeo de “Nocturne” que acabo de visionar con vosotr@s de esta excepcional guitarrista, que está precisamente hoy en nuestro país. Efectivamente mañana sábado, 28 de enero de 2023, dará un concierto solista en la hermosa ciudad de Barcelona en el Laboratori d’Arts Contemplatives, con entradas gratuitas para menores de 14 años: sin duda un gran acierto, es necesario que la cultura y la música en especial puedan conocerse y disfrutarse en todos los niveles sociales; alguno de esos niños o niñas que mañana asistan al concierto se interesarán por la música clásica y, quién sabe si estimulará su deseo de tocar y hacer música, y una fila cero solidaria que igualmente es otra gran iniciativa. No debemos olvidar nunca las estrecheces y sufrimientos de tantos conciudadanos, y además la música clásica tiene representantes muy dignos que hicieron lo posible por acercar su arte a los enfermos o a los más desfavorecidos. Véase Händel, a quien dedicamos en este espacio una biografía personalizada el 24 de abril de 2020: Händel: un prodigio alemán en la Inglaterra Barroca.

¡Qué grandes músicos y artistas, querida Zsófia, surgen en tu patria de nacimiento (Chequia) y en tu patria oficial (Hungría)! Países que he tenido la oportunidad de visitar (Chequia en 1996 y 2016 y Hungría en 2017). Guitarristas como tú honran a nuestro instrumento que, pese a todo su desarrollo en clave universal, hunde sus raíces en España por más que el arco geográfico multinacional de buenos intérpretes y compositores resulte indiscutible. La música ha sido generosa contigo porque, sin duda, le has dado toda tu esencia, más allá de horas de estudio y repeticiones interminables, de muchas renuncias a llevar una vida adolescente común, una juventud más libre o una vida familiar más intensa. Pero, eres igual que esos futbolistas que antes de lanzar un penalti besan el balón para crear una mixtura de protección afectiva que asegure el éxito. Para recibir esos dones hay que amar verdaderamente lo que haces, de forma incondicional, sólo así el esfuerzo y el sacrificio pueden justificarse, disfrutando del camino, con la expectativa, claro está, de obtener el éxito, la aclamación del público y de la crítica, pero, sobre todo, la tranquilidad moral y el sosiego psicológico de viajar en el barco adecuado, con tormentas, claro, con riesgos, por supuesto, pero, querida capitana, contigo el barco siempre llega a buen puerto. Y yo, pese a no poder estar presente en tu concierto de mañana, voy a disfrutar ahora de uno de tus vídeos, de la misma fecha que mi Cumpleaños (20 de abril), del tema titulado Ilussion: https://youtu.be/E1TYfCHUCXY, para bajar el telón de este estimulante y productivo paseo por tu carrera artística, que aún tiene mucho recorrido, casi tanto como la infinita variedad de sonidos y matices de tu móvil y expresiva pulsación. Que los aplausos de mañana en Barcelona te acompañen siempre.