Pues sí, ya tenía ganas de glosar la figura de un guitarrista que destacara, no sólo por su talento y prestaciones artísticas sino, sobre todo, por su potencial expresivo y explosivo. Hoy es la tarde de Ted Nugent y prometo sumergirme en su trayectoria con admiración y curiosidad sin “expulsarlo de clase”. Y es que Ted es un personaje que en su juventud, como veremos, no era fácil de llevar, -y seguramente que tampoco en su madurez-, pero estoy seguro de que superará este juicio sumario con éxito.
Ted Nugent nace el 13 de diciembre de 1948. Es natural de Redford, a apenas 20 kilómetros de Detroit, ciudad ésta a la que nos hemos referido aquí en biografías de varios bluesmen urbanos, como John Lee Hooker el 10 de abril de 2020: John Lee Hooker ¡Ya era hora!, ciudad que, por cierto, tuve la oportunidad de conocer en 1996 en un viaje desde la zona canadiense de Ontario en la que pasé el mes de agosto, muy cercana al Estado norteamericano de Michigan en el que se integra Detroit como ciudad más poblada, si bien la capital del estado es Lansing.
Cuenta, por tanto, nuestro protagonista con 72 años recién cumplidos y aún sigue en activo con singular fuerza.
Comenzó muy joven con la música. A los quince años fundó su primera banda, The Lourds, grupo con el que hacía versiones de sus ídolos británicos: Rolling Stones, Kinks o Yardbirds, eso sí, con toda la contundencia de su personal forma de entender y exponer su música al público. Esta primera banda fue telonera de, nada menos, que las Supremes, grupo de música de pop y soul formado exclusivamente por chicas afroamericanas, que interpretó canciones de distintos géneros musicales, desde el doo wop (un estilo vocal de música nacido de la unión de los géneros rhythm and blues, blues y góspel) a la psicodelia y a la música disco, en el local Cobo Hall de la ciudad; pero, pese a que The Lourds irrumpieron con fuerza se difuminaron rápido, coincidiendo con el traslado de Ted y su familia a la ciudad de Chicago.
De una nueva ciudad tenía que surgir una nueva banda, porque la música a Ted siempre le acompaña. Efectivamente, se forma The Amboy Dukes, formación con la que ya consigue una reputación como guitarrista, tocando en The Cellar, un club de baile para adolescentes en Chicago, a la par que se convierte en un músico profesional grabando seis elepés.
Es cierto que la reputación no era precisamente la del guitarrista modelo de sacrificio y talento, sino más bien la del genial y excéntrico músico rayano a la locura en sus inolvidables conciertos en los que aparecía como un Tarzán urbano, de larga cabellera y un taparrabos por traje. Yo no estaba allí, ni siquiera había nacido pero, queridos amig@s, desde luego que compraría una entrada con gusto (incluso en la reventa) para uno de aquellos espectaculares y salvajes conciertos. Eso sí, me pondría a una cierta distancia, y es que el bueno de Ted mordió en una ocasión el cuello a su baterista, Dave Palmer, emprendiéndola a patadas con todo el instrumental del grupo cuando no disparaba flechas en sus múltiples performances como indio partiendo en dos una calavera humana. Está claro que ser su profesor/a en la adolescencia era una profesión de alto riesgo.
El estilo de música característico de esta banda, The Amboy Dukes iba en la línea del Rock duro con reminiscencias psicodélicas, y con una cierta pretensión intelectual al llegar a incluir una adaptación del mismísimo Bela Bartok (1881-1945), compositor, pianista e investigador de música folklórica nacido en el antiguo Imperio Austro-Húngaro, (su localidad natal, Sânnicolau Mare se encuentra en la actual Rumanía), y fallecido en Nueva York.
Ted Nugent da un giro a su carrera musical coincidente con un retroceso en la evolución del grupo, cuyos últimos discos no fueron muy reconocidos, e inicia su carrera en solitario. Y es cierto que Ted Nugent es de ese grupo selecto de músicos cuyo nombre eclipsa a las bandas en las que participó, a lo que ayuda el hecho de tener un apellido peculiar y envolvente, y quizás también por la ausencia de una trayectoria sólida de dichas bandas que no llegaron a convertirse en legendarias; si bien Ted alcanzaría con todo merecimiento la calificación de leyenda del Rock.
Derek St. Holmes (guitarra, voz), Rob Grange (bajo) y Clifford Davies (batería) fueron los primeros músicos en acompañarlo, pero los tres fueron progresivamente reemplazados: St. Holmes por el guitarrista Charlie Huhn, mientras que Rob Grange fue reemplazado por el bajista Dave Kiswiney, y en 1982 el baterista Davies abandonó también la banda, sustituyéndole Carmine Appice, siguiendo todos ellos nuevos proyectos musicales.
Es verdad que Ted da el paso de su carrera en solitario de la mano de una gran empresa discográfica como Epic Records, (compañía discográfica estadounidense, perteneciente a Sony Music Entertainment, que se haría muy popular por lanzar posteriormente el disco más vendido de la historia, Thriller de Michael Jackson), que supuso una plataforma de lanzamiento sensacional para llegar al gran público: rescatar, por una parte, a sus seguidores nostálgicos retraídos y, por otra, conquistar a quienes discutían su imagen y sus formas o simplemente no se habían tomado tiempo en apreciar su música.
Pero a una gran plataforma de salida como fue Epic Records era preciso darle un producto de calidad que resultase exitoso, y llega de la mano de, probablemente, el mejor de sus trabajos discográficos, un doble álbum en directo, -sin duda su punto fuerte-, realizado en la localidad de Nashville, Dallas. Esta tarde, con los bares ya recién cerrados en Asturias por el horario pandémico estoy ávido de emociones fuertes y energía a raudales, y por ello voy a escuchar un par de temas de su disco Great Gonzos: The Best of Ted Nugent titulados Baby please don´t go y Motor city Madhouse, cuyos enlaces comparto seguidamente: https://youtu.be/aQhM7voma8A – https://youtu.be/RyIQHEJTULQ
¿Cómo os quedó el cuerpo? Casi, casi que apetece hacer una guerra de guitarras… a modo de espadas láser.
Una cuestión interesante de Nugent es que es un guitarrista que no complementa el sonido de su guitarra Gibson con pedales o artificios técnicos (con alguna más reciente y pequeña licencia con el Wah-Wah). Trabaja con naturalidad sus riffs (frase que se repite a menudo) ensamblados con una voz potente y salvaje.
Su momento álgido llega a finales de los setenta. El Heavy Metal está en ebullición y el estilo contundente de su forma de tocar y mostrarse al público, deseoso de provocaciones y de Rock duro, le catapultan a la obtención de cinco discos de platino, (la cantidad de discos necesarios para obtenerlo varía según el país pero en Estados Unidos hay que llegar a 1.000.000 de discos para obtener un platino), y con este nivel de popularidad las giras nacionales e internacionales resultan interminables y agotadoras. Pero Ted resiste el embate de forma sobresaliente.
Seguidamente llegan los álbumes de estudio Weekend Warriors, State of Shock, Scream Dream y el directo Intensities in 10 Cities en el que Ted se atreve (me imagino que no hay nada a lo a que no se atreva), a hacer una cover del popular tema Land of a thousand dance, canción que popularizó en los sesenta Wilson Pickett; la curiosidad me atrapa para escucharla inmediatamente. Ahí va el enlace, seguro que la conocéis sobradamente, pero esta versión de Ted Nugent es genial: https://youtu.be/Up7EslxlXCA
Además en este caso podemos visionar a Ted tocando en directo y resulta el Special One de la provocación y del exhibicionismo pero con un extraordinario dominio vocal y guitarrístico. Y es que no siempre vales por lo que tocas sino por lo que expresas. Y en esto, como en muchas otras cosas -algunas negativas también-, difícilmente se puede superar a Ted.
Sin embargo, todas las rosas tienen espinas y Nugent comenzó a decaer en los años ochenta, sin aprovechar el gran impuso de su carrera apenas unos años antes y una coyuntura muy favorable al Rock duro. Sus discos comienzan a perder interés de buena parte del público, y parece por momentos que su lámpara de ideas musicales se va diluyendo a la par que sus directos no pueden competir con la explosividad de sus conciertos setenteros, y es que el listón estaba muy alto, Ted.
En 1989 Ted Nugent hace un alto en su carrera en solitario uniéndose a la banda Damn Yankees, integrada por el bajista y vocalista Jack Blades, el guitarrista y vocalista Tommy Shaw y el baterista Michael Castellone, con un éxito estelar, al punto de alcanzar la certificación de multiplatino en los Estados Unidos, en una época en la que su país estaba implicado en la Primera Guerra del Golfo y en las giras desplegaban banderas estadounidenses y realizaban declaraciones patrióticas.
En 1995 Ted retoma su carrera en solitario, con el lanzamiento del disco Spirit of the Wild que logró una buena crítica y aceptación del público, si bien su producción creadora en esta década de los noventa se circunscribe únicamente al citado álbum y al disco en directo Live at Hammersmith ’79.
Ya en 2000 lanza el álbum Craveman en el que contó con la colaboración del bajista Marco Mendoza y del baterista Tommy Clufetos, coronando la década con el disco Love Grenade en 2007.
En la pasada década Ted Nugent no se cansó de componer y girar, grabando en 2014 el disco Shutup & Jam y en 2018 el que hasta ahora es su último trabajo discográfico titulado The Music Made Me Do It.
Sus álbumes de estudio de su carrera en solitario son los siguientes: Ted Nugent (1975), Free-for-All (1976), Cat Scratch Fever (1977), Weekend Warriors (1978), Scream Dream (1980), Great Gonzos: The Best of Ted Nugent (1981), Intensities in 10 Cities (1981), Nugent (1982), Penetrator (1984), Litlle Miss Dangerous (1986), If You Can´t Lick Ém…Lick´Em (1988), Spirit of the Wild (1995), Craveman (2002), Love Grenade (2007), Shutup & Jam (2014) y The Music Made Me Do It (2018).
Repasar tu trayectoria musical, admirado Ted, ha sido un viaje divertido. Tu estilo a la guitarra tiene las influencias de los grandes, de los pioneros del Rock: Hendrix, Jeff Beck, a los que dedicamos aquí un lugar destacado: al primero el 8 de marzo de 2019: Jimi Hendrix: contigo empezó todo, y al segundo el 14 de febrero de 2020: Jeff Beck, un guitarrista multidimensional, además de otros grandes como Rory Gallagher o JImmy Page, junto con la influencia de los destacados guitarristas afroamericanos del rock y blues sureño, fusionados con el tradicional country estadounidense, e incluso del Soul.
Pero contigo no podemos obviar la trascendencia que tu vestuario y sonido tuvieron en el Glam Metal, (un subgénero musical del heavy metal que combina aspectos sonoros del heavy metal tradicional, hard rock, punk y del pop, con la apariencia visual del glam rock), y en el Hard Rock de los años setenta y ochenta, como uno de los artífices de este estilo musical y cultural, al igual que el recientemente fallecido Eddie Van Halen, a quien dedicamos un espacio en este blog el 22 de febrero de 2019: Eddie Van Halen ¿Cómo tardé tanto en escucharte?
Te atreviste con todo (quién lo diría con tu ascendencia materna sueca). Pese a ello, salir al escenario con pieles de hombre de las cavernas no te impidió ser presentado en el Salón de la Fama de las Leyendas del Rock and Roll de Michigan en 2006, en tu tierra; es verdad que a veces fuiste demasiado lejos… y es que enseñar las partes íntimas en un concierto excede con mucho el cumplimiento del deber musical, y ello te llevó “a la sombra” durante unos días. ¡Seguro que fuiste el dolor de cabeza del carcelero! Y es que ¡A ver quien aguanta a una bestia salvaje entre cuatro paredes!
Pero, sin embargo, ese estilo salvaje y agresivo no fue, afortunadamente, de la mano de adiciones y malas compañías tan accesibles en el nivel top en el que te moviste. Y eso hoy te permite seguir en activo tras más de 55 años como músico y, lo más importante, seguir disfrutando de la vida. Otros muchos no te aguantarían un asalto en el escenario de la expresividad y se fueron mucho más jóvenes, desperdiciando su talento y su propio ser. Y aunque tengas contradicciones (¡quién no las tiene!). Te escapas de la Guerra del Vietnam con cierta habilidad y glosas a tu ejército en el Golfo, pero está claro que no se te perdió nada en la selva vietnamita y bien que lo agradecemos tus fans, que dispares con la guitarra a discreción, -como apareces en el disco Weekend Warriors, con el mástil de tu guitarra transmutado en el cañón de una ametralladora-, y hayas dejado el fusil en el recuerdo, para alcanzar, nada más y nada menos, que 6.000 conciertos en 2008, celebración que coincidió con un evento en el DTE Energy Music Theatre en Clarkston, Míchigan, con tu gente, al que asistió incluso tu primer profesor de guitarra Joe Podorsek, cincuenta años después, para compartir escenario contigo en alguno de los temas.
Te quedan muchas batallas a las seis cuerdas, amigo Ted, “Gran Búfalo Blanco”, y voy a finalizar este repaso por tu trayectoria musical compartiendo un vídeo en el que haces honor a este apodo, irrumpiendo en el concierto a los lomos de un búfalo. Sinceramente, ¡me hubiera encantado ser tu compañero de clase! Casi tanto como tocar contigo y en directo el tema Land of a thousand dances.
Ted Nugent: nivel máster, multiplatino, de un genial provocador y un excelente guitarrista: https://youtu.be/mlAr3kUdBqI