En los prolegómenos del verano que está a punto de invadirnos quiero referirme a un guitarrista nacional de la dimensión clásica cuya trayectoria musical merece ser destacada. Hablamos hoy de Manuel Paz.

Nació en la localidad asturiana de Ujo el 13 de julio de 1960, por lo que, en apenas un mes, cumplirá la interesante cifra de 60 veranos.

No fue un inicio precoz su relación con la guitarra ni tampoco fue por iniciativa propia. Manuel cuenta en sus entrevistas que la sugerencia de comenzar a recibir clases de guitarra partió de su madre. Efectivamente, en su último año de Bachiller el sistema de clases de finales de los setenta del siglo XX le dejaba las tardes libres. Seguramente en la sugerencia materna primó más que encontrase una afición saludable, como tocar un instrumento durante las tardes libres, que una verdadera intención de convertir el aprendizaje de la música en algo más serio; pese a que la adolescencia suele confrontar naturalmente con los consejos de los padres, Manuel recogió el guante con 17 años y comenzó a aprender a tocar con una monja, la Hermana Mari Luz, a interesarse por el amplio abanico de músicas escritas para guitarra o vihuela de más de cinco siglos, para seguidamente investigar la música anterior, la medieval, y, en suma, a convertirse en un músico profesional además de un reconocido y querido docente.

Y ya que tocamos la docencia resulta muy enriquecedor escuchar la opinión de Manuel sobre los quiebres de nuestra enseñanza musical tanto en el ámbito general de Colegios e Institutos como en el especializado de los Conservatorios y Escuelas de Música. A su juicio, uno de los motivos claves para que la enseñanza de la música esté decayendo en los planes de estudio generalistas es la ausencia de un programa práctico que supere esa tradicional enseñanza de la Historia de la Música y así convertir la clase en un coro o una pequeña orquesta. Y es que la música tiene una peculiaridad que resulta una ventaja a la hora de trabajar en equipo, que es que puede ponerse a todo el grupo a participar activamente de una canción, de un ejercicio rítmico, de una audición colectiva, con independencia del nivel musical de los alumnos; con el aditamento del conjunto de destrezas que la música permite desplegar, estimulando aspectos fundamentales de otras materias como las matemáticas (las figuras musicales son un buen ejemplo), o el lenguaje (especialmente como ayuda para avanzar en otros idiomas por la calidad del oído cultivado).

Recuerdo que el 13 de diciembre de 2019 tuve la oportunidad de participar en una clase magistral de canto moderno impartido por la cantante Rebeca Rods en el Centro de Música Joven Pedro Bastarrica de Oviedo, en la que, tras unos conceptos teóricos básicos, en seguida la hábil Rebeca nos distribuyó por cuerdas y formó un coro con el que interpretamos un par de temas de Góspel que hizo que las cuatro horas de la clase resultaran tan amenas como divertidas. Se hizo mención a esta Masterclass en la biografía tratada aquí de John Lee Hooker el 10 de abril de 2020: John Lee Hooker ¡Ya era hora!

Pero igualmente Paz, pese a ser Profesor de Conservatorio, realiza una noble autocrítica del sistema de enseñanza especializado y que afecta, según su opinión, a los tres grados de las carreras musicales (elemental, profesional y superior). Pese a la incuestionable formación musical de estas enseñanzas, se echa de menos que la parte creativa camine a la par que la técnica, algo que lamentablemente no acontece, y es que resulta difícil que los músicos formados exclusivamente por esta vía, demasiado enfocada a la interpretación solista, tengan capacidad para improvisar una melodía, por lo que se requiere un debate profundo sobre esta cuestión en sede de las Administraciones competentes para regular estas enseñanzas. Mi caso ha sido diferente porque yo aprendí a tocar la guitarra eléctrica de oído antes de estudiar Guitarra Clásica, y desde luego que no hay nada más divertido que tocar en grupo e improvisar una escala pentatónica o diatónica sobre una estructura de tres o cuatro acordes (por ejemplo: Tónica, Relativo Menor, Subdominante y Dominante).

En esta tesitura también hay que decir que, aunque la historia de la música, tenga un buen número de músicos autodidactas, como bien apunta Paz, la técnica es el resultado de siglos de interpretación, y conocerla y asimilarla allana el camino para estar en condiciones de experimentar sonidos y técnicas innovadoras; desde el conocimiento del punto en el que estamos resulta más consistente investigar un nuevo camino interpretativo en este apasionante instrumento, aprovechando todo lo que los músicos del pasado han aportado para llegar hasta aquí.

El estudio no debe ir reñido con el divertimento, y es que, como sabe el veterano profesor, aprende más rápido quien se entusiasma, el que siente la música, quien se divierte con cada concierto y con cada ensayo, porque cada momento musical es irrepetible.

Manuel Paz es uno de los componentes del prestigioso Cuarteto de Guitarra Clásica “entreQuatre”, con 36 años de historia, y que actualmente integran, además de Paz, Seila González, Jesús Prieto y Carmen Cuello; grupo camerístico que ha estrenado más de 50 obras para cuatro guitarras de autores tan destacados como: Miguel del Águila, Moisés Arnaiz, Imanol Bageneta, José Luis Barroso, Javier Blanco, Gustavo Becerra-Schmit, Alejandro Cardona, Enrico Chapela, Flores Chaviano, Fernando Colás, Carlos Cruz de Castro, Francisco Cuenca, María Escribano, Gabriel Fdez. Álvez, Orlando J. García, Tomás Garrido, José Mª García Laborda, Radamés Gnatalli, Agustín González Acilu, Rey Guerra, Fredrick Kaufman, José Manuel Lorenzo, Marisa Manchado, Jonatas Manzolli, Juan Méndez, Emiliano Pardo, Paquito D’Rivera, Leonardo Sánchez, o Raúl do Valle.

En este blog se mencionó a esta formación asturiana al tratar la biografía de Flores Chaviano el 7 de septiembre de 2018, destacando que uno de sus miembros fundadores fue el Catedrático de Guitarra del Conservatorio Superior de Música de Oviedo, Roberto Martínez Vigil-Escalera: Flores Chaviano, una necesaria introducción a la Guitarra Contemporánea.

Y, por cierto, si hablamos de experimentar con timbres, sonidos e incluso ruidos, Flores Chaviano compuso una obra dedicada a la minería asturiana: “Nife” en 1995, (los noventa del siglo pasado fueron años duros en la minería con accidentes que costaron muchas vidas), composición en la que se despliegan buena parte de estos sonidos experimentales o ruidos, -siempre en momentos oportunos-, (por ejemplo, un martillazo a una bombona de butano).

“EntreQuatre” ha realizado giras por multitud de países interpretando conciertos en salas tan importantes como la de Cámara del Carnegie Hall de Nueva York, o en Festivales tan prestigiosos como el de la Primavera de Praga, obteniendo una nominación a los Grammy’s Latinos en 2009 por la obra “4 Asimetrías” de Orlando Jacinto García interpretada por el cuarteto.

Pero la experimentación también puede ser “retroactiva” como lo es en la subdimensión de la Música Antigua, sin instrumentos originales, estudiando las fuentes escritas y los cuadros de la época: analizando estructuras instrumentales y posturas interpretativas, faceta ésta, la de la Música Antigua, en la que Manuel Paz tiene los galones de ser, además de investigador e intérprete, un experimentado constructor de instrumentos de época.

Tomo prestada esta reflexión de Manuel: el Arte es lo que caracteriza al ser humano y para disfrutarlo no es necesario disponer de conocimientos técnicos, solamente abrir los sentidos y dejarse llevar, por la intuición, y precisamente esta máxima de acercar la música a todos y, especialmente a los colectivos más desfavorecidos es definitivamente santo y seña de Manuel Paz.

Además de los talleres abiertos a otros músicos que la formación “entreQuatre” lleva a cabo a la par que sus conciertos por todo el mundo, quizás el proyecto más personal y solidario de Manuel Paz es su actividad como Director de la Orquesta de Cámara de Siero (OCAS), orquesta cuya dirección asumió con la idea de un proyecto anual y en la que ya lleva 20 años, recorriendo países de todo el mundo, dando conciertos, (en ocasiones varios cada día), en Hospitales Infantiles, Centros de Acogida, Educación especial, barrios conflictivos, etc., tomando la antorcha de otros músicos benefactores como el mismísimo Georg Friedrich Händel, al que nos referimos aquí el pasado 24 de abril: Händel: un prodigio alemán en la Inglaterra Barroca.

Resulta conmovedor que un músico de sus conocimientos y trayectoria reconozca con tanta naturalidad y nobleza que no tenía formación en esta faceta de Dirección, pero supo combinar intuición con conocimientos, aprovechando su experiencia como cantante en el Coro de la Fundación Princesa de Asturias (antes Príncipe) durante 7 años, cuyo Director, Luis Vila, le marcó el camino a seguir, dándole las llaves maestras básicas para crecer en la Dirección, lo que sin duda ha logrado más que dignamente. La popularidad de esta Orquesta de Cámara trascendió a límites inimaginables cuando organizaron una interpretación en 2016 en el aeropuerto Internacional de Las Américas en Santo Domingo de la conocida canción de Juan Luis Guerra “La Bilirrubina”. Tuvo una difusión mediática que llegó al propio Juan Luis, que retuiteó el vídeo, y en apenas una semana tenía 6,5 millones de reproducciones. Y es que Manuel y su orquesta son innovadores y no ponen límites a su entusiasmo y pasión por la música: https://www.youtube.com/watch?v=tkvwH0PrqzI.

Pese a su formación clásica hablamos de un músico que ha experimentado con músicas populares y actuales. En 2001 la Orquesta de Cámara del Conservatorio del Nalón, con Manuel Paz en la Dirección, grabó un disco con el veterano Grupo de Rock Asturiano “Stukas”, entre cuyos temas está el clásico “Hazañas Bélicas”, canción sobre la que tuve la oportunidad de grabar una versión con mi grupo en 2019, disponible en la sección de Música de esta web.

Pero Manuel Paz es algo más que un gran músico de corazón solidario -y eso ya es mucho-, es un luchador incansable que ha superado una experiencia traumática de la que ya dimos cuenta aquí al tratar la biografía de Django Reinhardt el 3 de enero de 2020; por cierto que Manuel Paz se confiesa apasionado del Jazz, sobre todo del directo: Django Reinhardt, un guitarrista superior del Jazz.

Efectivamente Manuel, tiene en común con Django Reinhardt el haber tenido un serio problema que pudo comprometer su carrera musical. En 2011 tuvo un desgraciado accidente cuando cepillaba madera, lo que le costó la amputación del dedo meñique de su mano izquierda, (dedo CLAVE en las posiciones y acordes de la música clásica); si hubiese sido el de la derecha seguramente, salvo para alguna unidad armónica muy completa, no sería tan trascendente. Pues bien, Manuel sugirió a los médicos del Hospital Central de Asturias que le trasplantaran su dedo meñique de la mano derecha a la izquierda mutilada, lo que se desestimó, pero le dieron una alternativa novedosa: le colocaron un dedo del pie en el muñón del meñique de su mano izquierda; tras una larga rehabilitación y una fuerza de voluntad de un auténtico titán, Manuel Paz, en apenas seis meses, siguió tocando la guitarra clásica y ofreciendo conciertos (uno de los primeros para al equipo médico que posibilitó esta segunda oportunidad musical).

El amor por la Guitarra, admirado Manuel, pudo más que este desafortunado trance, y es que resulta estimulante escucharte, hablar como lo haces de nuestro maravilloso instrumento, poniendo en valor su apellido “española”, como se la conoce en todo el mundo, y además con justicia, porque todas las evoluciones notables de este instrumento se produjeron en nuestro país: se pasa de las cuatro órdenes (cuerdas) del Siglo XVI a cinco en el XVII, posteriormente a seis, la propia conversión de cuerdas dobles en simples, además del gran y rico abanico folclórico que se desarrolla en toda América a raíz de nuestra presencia en el continente con la guitarra como activo musical más destacado, como apuntaste con propiedad en la entrevista realizada en 2017 en la TPA (Televisión Pública del Principado de Asturias) en el programa “Vidas Públicas, Vidas Privadas”, cuyo enlace adjuntamos y recomendamos: https://www.rtpa.es/video:Vidas%20publicas,%20vidas%20privadas_551497396725.html.

Pese al buen momento de tu trayectoria musical no cabe duda, querido Manuel, de que lo mejor siempre está por llegar: seguro que las justas y razonables reivindicaciones para compatibilizar la enseñanza musical con los conciertos en Asturias, como motor de actualización de profesores y estímulo de alumnos, permitirá que las Administraciones competentes doten a los docentes de un horario flexible que lo haga posible (como ocurre en otras Comunidades Autónomas); y por lo que respecta a “entreQuatre”, es de esperar que alguna obra maestra, la mejor, se escribirá para el cuarteto, que interpretarás con tu guitarra de siete cuerdas, (con una adicional más grave que las comunes), en unión de tus compañeros, a la par que la Orquesta de Cámara de Siero (OCAS) nos sorprenderá con nuevos vídeos de proyección viral, gracias a vuestra originalidad, pasión y entusiasmo. Y en todos estos proyectos y en muchos otros estarás tú, precursor de tantas aventuras musicales inciertas, de corazón solidario, sin olvidarnos, por supuesto, de la Guitarra Clásica y de su “timbre subyugante”, -expresión tuya tan bien atinada-, maravilloso instrumento de cuerda pulsada cuyo centro de producción de sonido está en nuestros propios dedos. ¡Qué suerte la tuya por haber hecho caso a tu madre!