Tras dejar atrás las ocupaciones y deberes del trabajo jurídico, en una semana agradable y tranquila, vamos a desconectar un par de horas para adentrarnos en la vida profesional de una guitarrista genial, no suficientemente conocida pero que, como veremos, presenta una potencialidad artística que en cualquier momento y dependiendo, seguramente, del estilo que proponga, podrá alcanzar un reconocimiento de crítica y, sobre todo, de público, acorde a su nivel instrumental y creativo. Hoy vamos a hablar de la guitarrista estadounidense Kaki King.
Katherine Elizabeth King nació el 24 de agosto de 1979 en la ciudad de Atlanta (Georgia), por lo que en el mes próximo cumplirá 43 años. Comenzó con la música muy jovencita, animada por su padre, siendo su primer instrumento el tambor y poco después la guitarra. Ya en la adolescencia tocaba en la banda de la escuela, que hay que poner en valor, ya que en Estados Unidos existen muchas iniciativas musicales en el seno de sus Centros de Enseñanza, con conciertos periódicos de grupos y bandas, que sirven de impulso a sus estudiantes para actuar en vivo y disfrutar de la música más allá de una formación estrictamente teórica y encorsetada en el aprendizaje individual, más propio de los Conservatorios de Música Clásica Europeos; si bien, quiero pensar que, cada vez más, se intenta paliar este inmovilismo creativo con sesiones combo y pequeñas orquestas de cámara que permiten a los alumnos presentar su música y exponerse al aplauso o la crítica de su auditorio.
Al finalizar sus estudios medios, Katherine se matriculó en la Universidad de Nueva York (fundada en 1831 y que cuenta con más de 50.000 estudiantes) y, cómo no, la buena de Kaki alternaba sus estudios con conciertos en la ciudad neoyorkina.
Las influencias de King en su forma de tocar la guitarra pasan por los guitarristas acústicos estadounidenses Michael Hedges (1953-1997), a quien dedicamos aquí un espacio el 5 de junio de 2020: Un descubrimiento llamado Michael Hedges y Preston Reed (1955).
King maneja el estilo fret-tapping, técnica que consiste en golpear las cuerdas sobre el mástil de la guitarra o cualquier instrumento de cuerda, utilizando los dedos de la mano con la que sujetamos la púa. Con esta técnica se consigue combinar ligados ascendentes y descendentes de la mano izquierda con acciones similares de la mano derecha, creando frases que se pueden ir repitiendo, dentro de un solo o fraseo, e incluso arpegio, produciendo, en suma, notas con los dedos de ambas manos, alcanzando una capacidad similar a la de un pianista en el teclado. Esta técnica la combina con el slap bass, técnica aplicable al bajo eléctrico, que se desarrolló inicialmente en el contrabajo hace ya más de cien años, ampliamente usada por bajistas de todos los estilos, cuyo resultado produce un sonido muy percusivo, ya que las cuerdas del instrumento se golpean contra el mástil, en lugar de pulsarlas, tañerlas o pinzarlas.
Su primer Álbum es Everybody Loves You (2003), cuyo audio de la pieza con el mismo título comparto seguidamente: https://youtu.be/VtaM6fUmgCc.
La música resulta envolvente y misteriosa, y tiene una sonoridad jazzística, por momentos disonante, y llena de ricos matices de ejecución.
Resulta difícil encasillar la música de King en uno u otro estilo. Se puede hablar de Jazz pero también presenta características de Post-Rock, anglicismo usado por vez primera por el crítico londinense Simon Reynols (1963) en una edición de la revista The Wire en 1994, para describir el sonido de algunas bandas de Rock que utilizan instrumentos propios de este género, pero incorporando ritmos, armonías, melodías o progresiones armónicas importadas de otros estilos, siendo lo más característico el carácter instrumental de su música. Otro estilo cultivado por Kaki sería el shoegaze: el término proviene de shoe (zapato) y gazing, del verbo gaze, que significa mirar fijamente, originalmente denominado shoegazing, que se trataría de un subgénero del Rock alternativo que surgió en el Reino Unido a principios de los ochenta, bautizado así por parte de la prensa por la costumbre que tenían los integrantes de las bandas de tocar mirando hacia el suelo sin tener contacto visual con su público. Las composiciones de King también pueden ser integradas en la música instrumental moderna o en el Rock acústico. En cualquier caso, amig@s, hablamos de estructuras musicales de mucho calado armónico, las escalas y acordes empleados por ella no son precisamente los tonales y consonantes más propios de la música Pop-Rock, sin desmerecer a éstos por supuesto, pero es cierto que cuando un músico se deja llevar por novenas, onceavas y treceavas con libertad, sí, pero con la disciplina de quien sabe cómo concluir cada pasaje con coherencia y aparente sencillez, está realizando un trabajo fino y difícilmente replicable por su originalidad y dificultad técnica. El peaje de estas estructuras es que su audición no conecta de forma generalizada con el gran público porque, seguramente para apreciar estructuras complejas que dan lugar a sonidos diferentes a los tonales, tan asimilados por la música popular, hace falta tener una curiosidad y una atención que no siempre resulta posible para mucha gente que escucha la música de forma más superficial y buscando una satisfacción inmediata, bien representada por tantas canciones comerciales que se distribuyen masivamente.
De un sonido predominantemente acústico de los primeros dos álbumes (el segundo se titula Legs to Make Us Longer, en 2004), pasamos a un sonido más eléctrico en su tercer álbum: Until We Felt Red (2005), trabajo que responde al género musical New Age (creado por diferentes estilos y cuyo objetivo es transmitir inspiración artística, relajación y optimismo). Creo que es un momento apropiado para escuchar una de sus piezas: You Don’t Have To Be Afraid, que comienza con una suave percusión, guitarras acústicas y murmullos, que luego desembocan en un repentino cambio instrumental con la aparición de campanas, órgano, trompas y sonidos distorsionados: https://youtu.be/3MQFP2R8JJo. La transición de uno a otro pasaje resulta sencillamente genial.
Por cierto, que en la canción que abre el álbum, Yellow, escuchamos la voz de nuestra protagonista por vez primera, que se hace habitual en buena parte de los restantes temas de este álbum. Dentro de esta evolución hacia sonidos más eléctricos y contundentes, la canción que coincide con el título del álbum: Until We Felt Red introduce una potente batería que amalgama con intensos ritmos de su guitarra acústica.
El éxito que siguió a este tercer álbum permitió a King participar en la película dramática estadounidense August Rush dirigida por Kirsten Sheridan, que trata sobre la historia de un joven prodigio musical, abandonado por su abuelo al nacer y sobre la búsqueda que emprende para encontrar a sus padres. Y ese músico callejero, repleto de talento y complejidad, es sustituido por Kaki en todas sus escenas con la guitarra, un papel a su medida en un film que fue nominado a los Premios Óscar en la categoría de mejor canción original. Su relación con el cine tuvo continuidad en su aportación a la banda sonora de Into the Wild, película de 2007, producida y dirigida por Sean Penn.
Su discografía se completa con los álbumes: Dreaming of Revenge (2008), Junior (2010), Glow (2012) y The Neck Is a Bridge to the Body (2015). Una visita a su web oficial resulta obligada para conocer y disfrutar en mejor y mayor medida de su música y de su carrera artística: http://www.kakiking.com/.
La verdad, admirada Katherine, que son pocos los aspectos personales que has compartido públicamente pero qué importancia puede tener ese detalle cuando escuchando una de tus primeras piezas instrumentales nos descubres cada uno de tus secretos con elegancia y destreza. Si poco sabemos de ti, en mayor medida profundizaremos en tu música sin estar condicionados por aspectos biográficos o familiares que, en ocasiones distorsionan lo troncal: que no es otra cosa que el preciado tesoro de tus composiciones. Has sabido conjugar la percusión de tus inicios musicales con las melodías del Jazz, sacando partido al uso de afinaciones múltiples en tu guitarra acústica (al estilo de Joni Mitchell, a quien dedicamos aquí una biografía personalizada el 12 de marzo de 2022: Joni Mitchell, una voz irrepetible, una guitarrista singular y una compositora universal), y a una hábil combinación de la guitarra lap steel, moviendo a lo largo del diapasón un “tone bar” (pieza de metal) y pellizcando las cuerdas con la otra mano en la que normalmente se trabaja con una serie de púas, creando diferentes slides que desembocan en ese sonido evocativo, lloroso, melancólico o incluso chillón propio de esta técnica; podrá parecer, querida Kaki, que tu música puede resultar tranquila y apacible pero nada de eso ocurre en tus conciertos, en los que destacas por tu enérgica y expresiva interpretación, y es que eres “Guitar God”, una Diosa de la guitarra, la primera mujer con esa nominación para la Revista Rolling Stone. Y no te quedas sólo en nuestro querido instrumento, puesto que interpretas otros tan diversos como el piano, el bajo o la batería, sin olvidar tus habilidades vocales mostradas con pertinente audacia a partir de tu tercer álbum, disco que tuvo una crítica muy apropiada por parte de The A.V. Club cuando afirmó que el álbum “evoca la sensación de una tormenta repentina y su despertar inmediato”.
Y tu música, querida Katherine, tu forma de tocar y de sentir tocando me lleva directamente a esa tormenta que aparece súbitamente, que me atrapa sin previsión, a la que puedo contemplar sin miedo a que no cese, y con la seguridad de que una tormenta musical tuya nunca me dejará indiferente; como a tantas y tantas personas que tuvieron la suerte de escucharte en el Metro de Nueva York, esa capital universal de la que tod@s formamos parte de una u otra manera, como homenaje personal a “La Gran Manzana” tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, cuando tantos de sus habitantes necesitaron el ánimo de tu música para afianzar las costumbres de su vida cotidiana de siempre. Estoy seguro de que todas esas personas te escucharon aquellos días con la percepción más afinada de su alma, días en los que todo pareció pararse, y pudieron captar la esencia e intimidad de tu creación artística.
Ya para despedir este agradable viaje por tu trayectoria musical, admirada Katherine, voy a compartir este vídeo: Playing with Pink Noise’ live | Loop, de tu segundo álbum, Legs to Make Us Longer (2004), una extraordinaria ejecución que combina cuerdas al aire y notas pulsadas con la guitarra acústica fundidas con intensos y coloridos haces de luz en una mixtura genial: https://youtu.be/Os6-0_uYAq8. Contemplando esta interpretación, ¿alguien podría negar que eres una Diosa de la Guitarra? Y, si me permites la licencia, voy a mezclar los títulos con los que giró el film August Rush, –cuya guitarra interpretas-, en Latinoamérica y en España, para decirte: escucha tu destino, es el triunfo de un sueño.