¡Cómo pasa el tiempo! En realidad ¡Cómo esprinta el tiempo! Este fin de semana alcanzamos el ecuador del mes de julio. Y cuando algo corre tanto…mejor dejarlo pasar que pretender volar con él. En fin, fuera filosofía: es viernes noche y  el momento de escribir con intensidad e ilusión sobre una artista de mérito. Hoy percibimos la estrella de la joven bajista de jazz Esperanza Spalding. En este blog ya hemos superado hace tiempo el centenar de biografías, siendo predominantes las de guitarristas, con algunas excepciones en la música antigua (laudistas, vihuelistas, etc.), o el caso de algún bajista o pianista sobre el que hemos hablado. Sobre intérpretes de bajo, si la memoria no me falla, únicamente hemos tratado aquí la figura de Lemmy Kilmister, del grupo Motörhead, el 9 de octubre de 2021: Lemmy Kilmister, el impulsor de Motörhead ,y hoy haremos lo propio con la protagonista de hoy, artista femenina que destaca e innova en el mundo del Jazz. Vamos a ello.

Esperanza Emily Spalding nace en Portland (Oregón) el 18 de octubre de 1984, por lo que cuenta con 38 años, espléndidos y bien empleados. Esperanza comenzó a tocar música desde su más tierna infancia, al punto de que actuó como violinista en la Sociedad de Música de Cámara de Oregón con sólo 5 años, continuando con la experimentación, de forma autodidacta, en diferentes instrumentos, uno de ellos la guitarra, y, por supuesto el bajo (instrumento hermano cuyas cuatro cuerdas representan las mismas notas de afinación convencional que las cuatro superiores de la guitarra, si bien son diferentes las técnicas de interpretación, mediatizadas por el propio grosor de las cuerdas y la distancia entre trastes, más gruesas y más distantes en el bajo).

Su talento musical no pasó desapercibido para las instituciones y universidades de su entorno, obteniendo becas académicas para la Universidad Estatal de Portland y para la Berklee College of Music, universidad  ésta de la que ya hemos hablado en este blog con las biografías de Steve Vai, el 9 de abril de 2022: Steve Vai, un genial intérprete con la guitarra eléctrica de triple mástil.  y  la de de St. Vincent: Annie Clark, el 18 de junio de 2022: St. Vincent: Annie Clark, una guitarrista con 3 Premios Grammy y los que vendrán ; institución fundada en 1945 y que es la universidad privada de música más grande del mundo, que destaca especialmente por el estudio de jazz y de la música moderna de América, aunque también ofrece cursos de nivel universitario en una amplia gama de estilos contemporáneos e históricos, incluyendo rock, hip hop, reggae, salsa, heavy metal y bluegrass.

Su primer trabajo discográfico fue Junjo, en 2006, curiosamente a través del sello español Avya Musica. ¿Y cómo sonaba esta chica estadounidense a los 22 años? Ahora comparto el audio del tema del mismo título que el álbum, donde se percibe una voz muy personal, cálida, juvenil y versátil, a la que acompaña hábilmente con el contrabajo, instrumento de cuerda frotada de tamaño extremadamente grande -casi intransportable-, pero que ejecuta como la mayor parte de los intérpretes del jazz con los dedos (sin el arco habitual del repertorio clásico): https://youtu.be/IFusCiMtR20 Creo que es una buena tarjeta de presentación del estilo, frescura y calidad interpretativa de la protagonista. Bravo por nuestro sello musical español (Avya Musica) por esta apuesta siempre arriesgada en pro de una artista joven en un estilo muy exclusivo como es el jazz, apuesta que resultó ganadora por cierto, a la luz del desarrollo de su carrera profesional.

Lástima que su ascenso imparable en el sector, que se proclama especialmente con el álbum, Chamber Music Society (2010), ya fuera de la mano de sellos estadounidenses. Efectivamente, este tercer disco (si consideramos como segundo una reedición de su ópera prima en 2007), fue un éxito comercial, consiguiendo colarse en el  número 34  de la Billboard 200 (se trata de una lista estadounidense de éxitos musicales perteneciente a la revista musical Billboard.​ Su objetivo es ofrecer una lista de los doscientos álbumes más vendidos de la semana.​ A menudo los artistas y grupos musicales son recordados por sus «números uno» en dicha lista). Este doble éxito, en clave de estilo y también comercial propició que  Spalding ganara su primer premio Grammy  como Mejor Artista Nueva; con el importante aditamento de que se convirtió en la primera intérprete de jazz en ganar en esta categoría. No voy a escribir una palabra más sin escuchar y visionar parte de este sensacional trabajo: https://youtu.be/Sd9Imqbof-Q En el vídeo de apenas dos minutos comprobamos el empaste armónico de su voz melosa y las notas de su contrabajo, que interpreta con una precisión magnífica sin ni siquiera mirar el mástil, son verdaderamente destacables a mi juicio las notas vocales disonantes en registros muy agudos, jugando con la melodía de la corista, en perfecta y armónica afinación y, verdaderamente espectacular, el sólo del final a los mandos del contrabajo, un auténtico despliegue técnico por el mástil que es de lo mejor que he visto en jazz con ese instrumento.

La trayectoria de Esperanza aún fue más aclamada con su siguiente trabajo de estudio:  Radio Music Society (2012), con el que ganó el Grammy al Mejor Álbum Vocal de Jazz, consiguiendo también con su tema  “City of Roses” el Premio de Mejor Arreglo, Instrumento y Voz.

Pero la vida de los artistas siempre está sometida al vaivén de los proyectos y del seguimiento de los mismos, y así, nuestra protagonista da un giro a su carrera para actuar como intérprete de una banda de apoyo. ¡Casi nada! Más que apoyo es llevar con uno la vanguardia instrumental, qué auténtico lujazo contar con Esperanza en un papel discreto, nunca reñido con la calidad desbordante que destila su voz y su forma de tocar el contrabajo.

No obstante, su carrera en solitario vuelve a impulsarse con sus siguientes álbumes: en 2016 lanza  Emily’s D + Evolution , al año siguiente Exposure, y ya en 2019, publica 12 Little Spells, consiguiendo el número uno en los mejores álbumes de jazz de Billboard, con un nuevo Premio Grammy de Mejor Álbum Vocal de Jazz, tras dos nominaciones por este trabajo.

Querida Esperanza, eres un prodigio artístico  y tienes el magnetismo de involucrar a los melómanos en las filas del jazz (que no es nada fácil), pero es que además de escribir e interpretar música tan bien resulta que no has descuidado la generosa faceta de docente, y así,  has trabajado como profesora en la Berklee College of Music, a partir de los 20 años, donde además has tenido el premio y la gran satisfacción de recibir un doctorado honorario en música. Igualmente, en 2017, fuiste nombrada profesora de Práctica de la Música en la Universidad de Harvard; y es que, querida amiga, Estados Unidos capta y proyecta el talento artístico a través de sus instituciones académicas como ningún otro país. Tengo la curiosidad de saber cómo hablas en público, fantaseo con la posibilidad de que seas algo tímida en total antagonismo con la absoluta seguridad y calidez de tu voz en los conciertos. ¿Es así? ¿Me lo confesarás? En cualquier caso, quizás te manejes tan bien en los discursos como en el canto, para lo que tu condición de profesora te regala luz, como, sin duda, demostraste en tu oratoria de agradecimiento por el doctorado de esa prestigiosa y universal institución como es la Berklee College of Music; y, si te faltaran palabras -creo que en modo alguno-, siempre queda cortar el discurso y poner una buena música de cierre, como voy a hacer yo seguidamente compartiendo el vídeo de la canción City of Roses (Premio Grammy de Mejor Arreglo, Instrumento y Voz), tema perteneciente al álbum Radio Music Society (2012), que acompañaré con una cerveza bien fría mientras me pregunto la razón por la que sacaste únicamente 7777 copias de tu disco Exposure (2017). El 7 es el número de la perfección, y tú, admirada Esperanza, con esta trayectoria excelsa e inspiradora bien mereces cuatro sietes, aunque si decides reeditar el disco con, -pongamos-, otras 7777 unidades,  guarda una para mí, o, mejor, guárdame 7:

https://youtu.be/sjTUyFZqkP0