Esta tarde de viernes, pletórico en energía y optimismo tras la victoria en los cuartos de final de la Eurocopa de Fútbol de la Selección Española ante una combativa selección de Suiza, que lo puso muy difícil y que pudo haberse clasificado, voy a tratar de la figura de otro emblema del Rock de los sesenta, hoy es el día de John Fogerty.

John nace en Berkeley (California) el 28 de mayo de 1945, por lo que acaba de cumplir 76 espléndidos años. Su historia está íntimamente conectada con el grupo Creedence Clearwater Revival, además de con la discográfica Fantasy Records, sello discográfico estadounidense fundado por Max y Sol Weiss en 1949 en San Francisco (California).

Con la Creedence John alcanza fama y reconocimiento pero no obtiene el retorno económico merecido precisamente por las condiciones contractuales aceptadas por el músico. ¡Quién ha dicho que un artista de proyección no necesite a un avispado abogado! Lamentablemente, la juventud e inexperiencia, y quizás las ganas de triunfar que desplazan cualquier otra consideración fueron determinantes, no sólo para John, sino también para otros artistas de su tiempo, y así algunos directivos se aprovecharon del talento sobresaliente de estos músicos. No quiero decir con ello que la producción, que asume una inversión y un riesgo, no deba obtener beneficios importantes cuando su apuesta se ve respaldada por el público pero las condiciones y el reparto de los beneficios deben realizarse con proporcionalidad y equidad. Para que nos hagamos una idea de lo que Fantasy Records obtuvo de las canciones de la Creedence hay que partir de que sus cuatro músicos únicamente repartían entre ellos el cinco por ciento de los beneficios derivados de sus canciones, lo que resulta absolutamente inaceptable e injusto.

Y no sólo hablamos de imposiciones sobre el nombre del grupo y de sus beneficios, sino que también existió una presión, -por otra parte común en el ruedo musical-, para mantener un estilo de música beat acorde con los gustos y modas de los sesenta, en detrimento de todo aquello que configuraba el Rock sureño que cautivaba a estos chicos, la mezcla de los ritmos tradicionales estadounidenses del Southern Rock: el folk, el blues o el country.

Pero vayamos a la historia del músico, siempre más envolvente y magnética que las cuentas y contabilidad de una empresa aunque sea musical.

John comienza con la música en el propio colegio, el Cerrito High School, tomando lecciones de guitarra en el Berkeley Folk Festival, y funda el grupo The Blue Velvet junto con el bajista Stu Cook y el baterista Doug Clifford. Su primera guitarra será una Silverstone con un amplificador de 5 watios (no parece que pudiese importunar mucho a los vecinos con semejante infrapotencia). Pronto la citada discográfica Fantasy se fija en ellos y los capta para su proyecto, apareciendo una primera imposición empresarial de cambiar el nombre del grupo por el de Golliwogs.

En 1965 fue el debut del grupo, al que se sumó a la guitarra rítmica su hermano mayor, Tom Fogerty, parentesco que también hemos visto en Van Halen con los hermanos Eddie y Alex Van Halen, habiéndonos ocupado de Eddie, recientemente fallecido (el 6 de octubre de 2020) y permanentemente recordado, en la entrada publicada en este blog el 22 de febrero de 2019: Eddie Van Halen ¿Cómo tardé tanto en escucharte?, aunque en el caso de los hermanos Van Halen, Eddie tocaba la guitarra y el teclado mientras que Alex se encargaba de la batería; por su parte, los hermanos Fogerty competían ambos con “la reina de las seis cuerdas de acero”, John en la guitarra solista y Tom en la rítmica.

Sus primeros sencillos tuvieron escasa repercusión. Un nuevo cambio de nombre a la intemporal marca de Creedence Clearwater Revival (C.C.R.), junto con una vuelta de estilo y de sonido que deriva más hacia el Rock, propicia una rápida ascensión de la banda, ya con John en la voz tomando el relevo de su hermano Tom, en particular con la versión del clásico de Dale Hawkins Suzie Q, que seguidamente escucho y comparto con tod@s: https://youtu.be/1mxaA-bJ35s. Suena muy cálido, un viaje a los sesenta de apenas cuatro minutos, música ideal para acompañarla con una cerveza helada.

Pero la banda de Fogerty estaba a punto de despegar por sí misma y desarrollar sus propios temas. En 1968 sale el álbum debut, con el mismo nombre de la banda, en el que la seña de identidad era rock&roll, el rhythm&blues y las sonoridades propias del folk de Louisiana, en el que pronto se reveló John como un extraordinario solista de guitarra eléctrica a la par que un gran cantante y un sobresaliente compositor. Momento de escuchar y de disfrutar del tema Proud Mary, una mixtura explosiva de rock y soul, cuyo enlace del vídeo comparto seguidamente: https://youtu.be/RQZgz_ktVb0, canción híper optimista y llena de buena onda, ideal para celebrar la victoria de fútbol, y canción, por cierto, que canta y toca fenomenalmente mi compañero de grupo, José Ramón Paredes; tema que se integra en el segundo álbum del grupo titulado Bayou Country.

Con una canción como ésta no es difícil adivinar que el éxito se desbordase a ambos lados del Atlántico y muy especialmente tras las canciones Green River y Willie And The Poor Boys, y por empezar por la primera ¡Cómo mola el vídeo y ese sonido tan puro de guitarras agudas!: https://youtu.be/L5V9nK7-OkM

El momento cumbre de su carrera llega con su quinto disco Cosmo´s Factory, en clave de rock áspero y frenético pero con guiños al soul como la versión del clásico Motown I heard it through the grapevine. Sin embargo, esta historia de éxito estaba abocada a un final abrupto con la separación del grupo en 1972, banda de la que John era el alma y la brújula. Ya en el año anterior se había ido su hermano Tom, y es que no resulta sencilla la convivencia de artistas con tantas ganas de crear y exponer, que en ocasiones colisionan con la perspectiva de sus compañeros, cuando no con el propio ego que genera el éxito y la ausencia de generosidad para compartirlo, para generar un equipo musical en el que todos contribuyan y se sientan importantes; pero la disolución del grupo no iba a impedir que nuestro protagonista comenzase una carrera en solitario, aunque con un nombre de banda Blue Ride Rangers, que en realidad no era un grupo sino el bueno de John haciendo de todo en su proyecto en solitario, en una tesitura de country cuyo tema más famoso fue Jambalaya.

Su discografía completa con la Creedence se integra por Creedence Clearwater Revival (1968), Bayou Country (1969), Green River (1969), Willy and the Poor Boys (1969), Cosmo´s Factory (1970), Pendulum (1970) y Mardi Gras (1972).

Su primer disco en solitario fue John Fogerty cuyo tema Rockin´all over the world se convirtió en clásico. Escucho a la vez que escribo este temazo, tan vibrante y caluroso, y no puedo sino compartir el vídeo de youtube para que lo disfrutéis tanto como lo hago yo en este momento: el Rock es grande y siempre estará en la cultura popular por temas como éste: https://youtu.be/wW8ekYsa7-4.

El siguiente disco de John se hizo esperar, nada menos que diez años: Centerfield, período en gran medida marcado por los inconvenientes contractuales que apuntamos al principio sobre sus royalties y el reparto de beneficios con la discográfica, y el resultado no fue nada fácil ni justo, ya que Fogerty tuvo que renunciar a todo lo que generara su obra anterior a cambio de la libertad para contratar con otras productoras y concertar nuevos contratos ya en la posición privilegiada que se había ganado en el campo de juego de la música con sus múltiples éxitos (algo así como la carta de libertad de un futbolista del otro lado del telón de acero, allá por mediados de los años ochenta, coincidente por cierto con esta etapa de John, consiguiendo algunos ya al final de su carrera deportiva fichar unos años por un equipo de Europa occidental y así ganar cantidades impensables y prohibitivas en los países del este).

Buena parte de ese tiempo John la dedicó a disfrutar de un entorno natural salvaje en Oregón, cazando y pescando, donde construyó una casa en la que seguro que salieron a la luz importantes aportaciones creativas de canciones y melodías.

Llega por fin un disco fuera del maléfico influjo de Fantasy Records, cuyo relevo toma la Warner Bros, el indicado Centerfield en la línea de Blue Ride Rangers en cuanto a que John toca, arregla y produce el disco, alcanzando el primer puesto de las listas musicales. Pese a que el estilo de John Fogerty en solitario no es muy diferente del de la Creedence, John sí incorpora teclados en sus canciones.

El Tema Zanz kant danz es un zasca en toda regla a la discográfica Fantasy, pero no seré yo quien se lo reproche tras tantos años de explotación de su obra con un reparto de beneficios tan desigual, atado a esta marca como un preso del medievo a una bola de hierro, y ¡claro que sí John! nos gusta la canción, por lo que vale y por lo que representa, por más que estuvo cerca de acabar en un nuevo ruedo legal.

En 1986 lleva el trabajo Eye Of The Zombie, ahora sí, escoltado por una banda, pero con el control y dirección por parte de John desde la composición hasta la mezcla de la grabación, álbum que mantiene la esencia de ese sonido afilado de los riffs característicos de su interpretación a la guitarra.

En 1997 John vuelve de nuevo a la carga con la publicación de Blue Moon Swamp obteniendo un Grammy al mejor Álbum de Rock, con un nuevo disco en directo de la gira de promoción titulado Premonition al año siguiente. Un nuevo trabajo llega en 2004 con Deja Vu (All Over Again), con una canción de crítica a la guerra de Iraq. En ese año se produce la compra por parte de Concord Records de Fantasy Records, lo que permitió que John Fogerty recuperara royalties de su trayectoria en la Creedence, publicándose un recopilatorio titulado The Long Road Home.

Un nuevo disco de estudio, Revival, se publica en 2007, con el que consiguió una nominación al mejor álbum Rock, los años pasaban pero John seguía estando a la altura compositiva que su brillante trayectoria exigía, y en 2013 llega Wrote a Song For Everyone con temas legendarios de la Creedence, además de clásicos como Fortunate Son, Lodi o Bad Moon Rising. Recientemente, en 2020, se ha publicado el hasta ahora su último trabajo discográfico: Fogersty´s Factory,

Las guitarras utilizadas por John son muy diversas, a la Silverstone inicial hay que unir la Fender Mustang, la Rickenbacker 325, la Gibson ES-175 de sus primeros años en la Creedence o la propia Gibson Les Paul. Ya en solitario trabajó también con la Fender Telecaster, eso sí, con una pastilla doble humbucker en posición central, y una Stratocaster con dos pastllas de doble bobina; está claro que el bueno de John quería un sonido potente. Entre sus amplificadores, también diversos, se encuentran el Kustom K200 A-4, Mesa Boogie, Seymour Duncan y, cómo no, los Marshall.

En solitario sus trabajos discográficos son: The Blue Ridge Rangers (1973), John Fogerty (1975), Hoodoo (1976), Centerfield (1985), Eye of the Zombie (1986), Blue Moon Swamp (1997), Deja Vu (All Over Again) (2004), Revival (2007), The Blue Ridge Rangers Rides Again (2009), Wrote a Song for Everyone (2013) y Fogersty´s Factory (2020); a los que hay que añadir los álbumes en vivo Premonition (1998) y The Long Road Home- In Concert (2006), así como los recopilatorios The Long Road Home (2005) y The Best of the Songs of John Fogerty (2007).

Admirado John, eres sin duda uno de los mejores y más grandes músicos del rock y, pese a que la guitarra es la contraseña o llave maestra de este blog, destacas muy especialmente por una voz extraordinaria con amplios registros (ocupas el número 40 de los 100 mejores guitarristas y el 72 de los mejores cantantes según la prestigiosa revista Rolling Stone, además de tu obra magistral como compositor). Al final, dentro de mucho mucho tiempo, cuando los conciertos “anochezcan” y la voz se apague en el estudio de grabación, quedarán por siempre tus canciones que otros cantarán respetando la esencia y el alma que pusiste con tanto brillo como ilusión en su creación.

Decir que eres influyente puede resultar un poco hueco, pero si mencionamos a sobresalientes héroes del Rock como el mismísimo Bruce Springsteen, con el que tocaste en Los Ángeles en 1993, puede comprenderse la verdadera dimensión de tu influjo musical, ¡quién pudiera acompañarte un fin de semana por Putah Creek, cerca de Winters (California), y salir una tarde a pescar contigo por un río como el que te inspiró el tema Green River! Quizás, en una de esas charlas y con la suerte del pescador novato, pudieses explicarme lo que te llevó a desechar el álbum titulado Hoodoo, instando al sello discográfico para que eliminara las cintas originales por considerar que no estaba a la altura de tu standard compositivo. Ya te digo yo que no, el sencillo You Got The Magic lo desmiente, si el resto del disco está a la altura de esta canción, querido John, bien merece la pena rescatarlo íntegro.

Fuiste muy agudo con la canción Zanz Kant Danz, sobre un cerdo que no sabe bailar pero sí robar dinero, parece ser que se sintió aludido el fundador de Fantasy Records, aunque eludiste hábilmente el bulto renombrando al protagonista de tu canción como Vanz… todos sabemos a quién te refieres, no lo diremos pero escucharemos la canción con absoluta devoción y comprensión de tu crítica, aunque, eso sí, tu ejemplo debe servir de alerta a cuantos inician su actividad artística y firman contratos blindados de difícil escapatoria, y es que, admirado John, es difícil que un “cerdo” pueda bailar cuando el dinero ocupa todas las dimensiones de su existir y ni siquiera la buena música puede compensar esa ambición desmedida, al punto de enfrentarse con un genio musical cuyo éxito repercutió tan positivamente en su productora y en su cuenta bancaria. Seguramente te tuvo que desagradar que tu hermano Tom hubiese tomado partido a favor de la productora, al punto de que su temprano fallecimiento, en 1990, se produjera en tesitura de distanciamiento entre ambos pero estoy seguro de que 31 años después lo habrás olvidado y te habrás “reconciliado” con él y contigo mismo; no en vano buscaste inspiración en la tumba del gran bluesman Robert Johnson, en Mississippi, a quien dedicamos aquí una biografía el 23 de febrero de 2018: Robert Johnson, un Bluesman de los pies a la cabeza, y es que tras ese viaje comenzaste a retomar los viejos éxitos de la Creedence, banda que figura con todo merecimiento en el Salón de la Fama del Rock and Roll desde 1993, y de la que también fue parte destacada tu hermano Tom.

Son muchos años de Rock and Roll (Rockin´all over the world, como dice tu canción), siempre con nuevas ideas para pulir los viejos temas, esculpiendo cada frase y cada riff con la sabiduría de quien ha conocido todas las facetas del mundo de la música: la composición, la interpretación y la producción, y no es que hayas cantado una canción para todos -como dice el álbum Wrote a Song for Everyone, sino muchas, porque gran parte de tus composiciones, especialmente las que se alumbraron con la Creedence, son auténticos himnos del Rock, cantados y bailados por millones de almas, que han escoltado sus vivencias y sus emociones.