Esta noche voy a sumergirme en la biografía de uno de los guitarristas más respetados y profesionales de un género mayor como es el Jazz. La verdad que destacar la profesionalidad de cualquier intérprete del Jazz resulta redundante ya que al igual que a los militares se les presupone el valor, a los músicos de este estilo se les presumen altos conocimientos técnicos.

Mitchell Herbert Ellis nace en Farmersville, Texas, el 4 de agosto de 1921 y fallece en Los Ángeles el 28 de marzo de 2010, con casi 90 años. Se inició en la música tocando el banjo, al igual que el guitarrista de Country Jimmie Rodgers,  cuya biografía tratamos aquí hace apenas un mes: Jimmie Rodgers, una mixtura de Blues y Country. Herb pronto se sintió seducido por el sonido y las posibilidades de la guitarra, por su mayor capacidad de construcción armónica, al disponer de dos cuerdas más que el banjo base y, claro está, por el amplio campo de acción del mástil y de los trastes interiores de la caja, aparte de la mayor versatilidad de estilos que pueden ejecutarse con la guitarra. Ellis, no obstante, se inclinó desde el principio de su carrera musical por el Jazz y, desde luego que no voy a ponerle ningún pero, pese a que los estilos de música que he interpretado como guitarrista sean bien distintos (Pop, Rock o Música Clásica).

Tiempo de recordar y de hacer un paréntesis: el mundo del Jazz pudo haberme atrapado ya que mis primeras clases musicales las recibí por parte de un extraordinario músico, multi instrumentista, llamado Elías Alonso en una Academia de Jazz, y mi primer profesor de guitarra, Juan Florenti, era un enamorado del género, además de profundizar en buena parte de las armonías del Bossa Nova brasileño.

Elías era capaz de tocar de forma bastante completa el bajo, la guitarra, la batería, los teclados, pero su fuerte eran los instrumentos de viento: el saxo, la flauta travesera, el fagot, e incluso la gaita. Y pese a que se movía por muchos géneros, desde el Rock, la música de baile de orquestas, la música clásica en la Banda de Música de Oviedo, el Jazz representaba para él un nivel superior en interés y conocimientos.

En los años ochenta se celebraba el Festival Internacional de Jazz Ciudad de Oviedo en el Teatro Campoamor, (lugar de las ceremonias anuales de entrega de los Premios Príncipe y ahora Princesa de Asturias), y en una de esas veladas, allá por 1987, tuve la oportunidad de ver en directo a mi profesor de música Elías Alonso junto con otros músicos experimentados, que compartieron escenario con el gran Pedro Iturralde (compositor y catedrático de saxofón del Real Conservatorio Superior de Madrid), velada en la que coincidí con un compañero del Colegio Ricardo Rus.

Lo cierto es que en aquellos años adolescentes admiraba el buen hacer de estos músicos de Jazz pero no era la música que me hacía vibrar, que estaba más en la onda de los éxitos que escuchaba en la radio de los Cuarenta Principales. El tiempo me ha hecho apreciar al Jazz en su justa medida y en parte por mi gran amor al cine, con la atmósfera que esta música genera para acompañar escenas ambientadas de principios del Siglo XX.

Pero volvamos a Herb Ellis. Se especializó en música en la North Texas State College, aunque curiosamente como aún no había un programa de guitarra en ese momento, estudió el bajo de cuerda. Allí coincidió con otros grandes del Jazz como el compositor y multi instrumentista Gene Roland (1921-1982) o con el músico norteamericano de viento Jimmie Giufree (1921-2008); College donde pudo prepararse debidamente para desenvolverse como profesional. En Estados Unidos, a diferencia de Europa, la música se estudia en las Universidades en lugar de los Conservatorios, lo que seguramente genera un prestigio social y académico mayor que en Europa, unido a la dificultad de acceder a estos estudios superiores universitarios. Y también para mantenerse en ellos. Que se lo digan a Herb: en 1941 realizó una gira de seis meses con una banda de la Universidad de Kansas, dado que no podía seguir en la Universidad por falta de fondos.

Esa carrera como músico profesional, para la que se había preparado con esfuerzo e ilusión, toma cuerpo al integrarse en la Casa Loma Orquesta de Glen Gray en 1944, ya con 24 años. En los años cuarenta del Siglo XX proliferaron en los Estados Unidos orquestas de baile, de la que es referente Casa Loma.

Poco después, en 1945, Ellis se incorpora a la banda de Jimmie Dorsey (1904-1957), en la que permanecería durante tres años, entrando a formar parte después del trío instrumental y vocal Soft Winds, momento clave en su vida musical al conseguir hacerse popular en todo el país.

Ya con un prestigio y reconocimiento musical se embarca en un nuevo proyecto con el pianista canadiense Oscar Peterson (1925-2007), integrando su trío en sustitución del guitarrista anterior Barney Kessel (1923-2004). Esta relación duró un lustro, entre 1953-1958, grabando diferentes discos y realizando giras por todo el mundo organizadas por el productor suizo Norman Granz (1918-2001) con el reclamo “Jazz At The Philharmonic” (J.A.T.P.).

Esta es una etapa también fructífera en colaboraciones con otros grandes nombres del mundo del Jazz de Estados Unidos. Hablamos del saxofonista Stan Getz (1927-2001), del saxofonista tenor Ben Webster (1909-1973), o del saxofonista tenor y alto Sonny Stitt. (1924-1982).

Y ya que hablamos de saxos diversos hay que precisar que el saxo alto está afinado en Mi bemol y tiene un registro alto. La distancia que hay entre las llaves hace que sea mucho más fácil la digitación; mientras que el saxo tenor está afinado una octava por debajo del Si bemol. Su peso y tamaño, además de la delicadeza del tudel o cuello requieren, no sólo suficiente fuerza para manejarlo, sino también una buena capacidad de respiración para poder tocarlo bien.

El estilo vigoroso de Herb Ellis a la guitarra queda plasmado en grabaciones como “A Night on the Town” y “Oscar Peterson Trio at the Stratford Festival”, que recoge una actuación del trío en directo.

En los años sesenta la popularidad de Ellis se promocionó gracias a su participación en actuaciones televisivas.

Ya en los años 70 integró un dúo con el también guitarrista Joe Pass (1929-1994), publicando el trabajo Seven Come Eleven, Jazz Concord, iniciando un fructífero crisol de colaboraciones con otros guitarristas como Charlie Byrd (1925-1999), Barney Kessel (1923-2004), a quien había sustituido en el trío de Oscar Peterson, Freddie Green (1911-1987), entre otros; culminando con la agrupación Great Guitars con los dos primeros, Charlie y Barney, girando durante un exitoso período, trío de ases de guitarra que dejó un gran recuerdo a los aficionados y seguidores del Jazz en el que el bueno de Ellis destaca por su solidez y liderazgo musical.

Si escuchamos el Naptown Blues de nuestro protagonista de hoy, de 1991, tema interpretado anteriormente por The Oscar Peterson Trio cuyo enlace comparto seguidamente: https://youtu.be/8w3H2F7PQ4M podemos, además de disfrutar de su extremada limpieza en la ejecución de las notas, un cierto aroma de las progresiones be pop de Charlie Christian (1916-1942), en cuanto a los solos de guitarra, si bien los estudiosos de Jazz consideran que Ellis era superior en preparación técnica por más que Charlie le superara en capacidad de improvisación, aunque seguramente si su vida hubiese sido más larga (falleció con 26 años), habría podido elevar su nivel técnico y acercarse a Ellis, que a nivel rítmico estaría en la cima de los guitarristas de Jazz de su generación.

Siguió grabando discos con regularidad hasta los años noventa. Trabajó también en el espectáculo del compositor neoyorkino Steve Allen (1921-2000), en el que se interpretaba a grandes compositores de Jazz, tanto por parte del Kessel como de la orquesta del espectáculo, la Donn Trenner Orchestra, en la que trabajaba Ellis y el trombonista y cantante Frank Rosolino.(1926-1978).

Su discografía principal está integrada por los siguientes trabajos: Ellis in Wonderland (1956), Nothing But the Blues (1957), Herb Ellis Meets Jimmy Giuffre (1959), Thank You Charlie Christian (1960), Softly… But with That Feeling (1962), The Midnight Roll (1962), Guitar/Guitar (1963), Jazz/Concord (1972), Seven, Come Eleven (1973), Two for the Road (1974), Herb Ellis & Ray Brown’s Soft Shoe (1974), Hot Tracks (1975), Windflower (1978), Soft & Mellow (1978), Hello Herbie (1981), When You’re Smiling (1983), Sweet and Lovely (1983), Doggin’ Around (1988), Roll Call (1991), Texas Swings (1992), An Evening with Herb Ellis (1995), Herb Ellis & Stuff Smith – Together ! (1998) y Joe’s Blues (Laserlight, 1998); a todos estos títulos habría que añadir una gran colección de colaboraciones como músico de sesión (sideman).

La verdad, querido Herb, que escuchar tu guitarra resulta envolvente y me retrotrae a tantas y buenas escenas del cine tan bien acompañadas por este estilo musical. No puede decirse que tu trayectoria haya pasado de puntillas entre tantos grandes del Jazz. Al contrario ¡cuántos de ellos han querido trabajar contigo! Pese a que compartir escenario con un guitarrista tan preparado técnicamente haya sido un reto para buena parte de ellos, Y hablamos de músicos de Jazz, intérpretes extraordinarios, colaborando incluso con Ella Fitzgerald (1917-1996), la mismísima reina del Jazz, tras la grabación en Japón del concierto con tu Compañía de Jazz titulado J.A.T.F in Tokyo. No cabe duda de que mereció la pena que en tu juventud, admirado Herb, escucharas por primera vez la guitarra eléctrica interpretada por George Barnes (1921-1977), en un programa de radio y te decantaras definitivamente por nuestro maravilloso instrumento.

Alcanzaste el éxito en vida con el reconocimiento del público y el prestigio y respeto de los músicos de tu generación, en un estilo como es el Jazz, cuya esencia permanece y es impermeable a modas efímeras que colonizan otros estilos musicales, consiguiendo, ahí es nada, un lugar en el Arkansas Jazz Hall of Fame en 1994, y nada menos que un Doctorado Honorario de la Universidad de North Texas College of Music, aquella universidad que no tenía estudios específicos de guitarra y que tuviste que dejar prematuramente por las estrecheces económicas, pero más de medio siglo después volvieron a buscarte, a honrarte como uno de sus más prestigiosos alumnos, un titán del ritmo, un ejemplo de que estudiar la técnica te convierte en un profesional consistente, más capacitado y seguro para saltar a los escenarios.

El 4 de agosto de 2021, querido Herb, cumplirías cien años. Te han servido cincuenta de intensa actividad musical para colocarte en el selecto grupo de los grandes del Jazz, con los que apuesto a que sigues tocando en alguna franquicia sideral…llamémosla Jazz At The Stars: con Ella Fitzgerald cantando, Oscar Peterson al piano, Stan Getzy al saxo, y Charlie Byrd, Barney Kassel y, por supuesto, tú, admirado Herb, a las guitarras. ¿Qué te parece? No me lo querría perder.