En esta noche calurosa al extremo, al punto que está a punto de descargar una tormenta que rompa este tiempo poco común en el Norte de España, vamos a escribir un par de horas sobre una guitarrista digna de conocer y de seguir. Hoy es el turno de St. Vincent, tras una semana en la que he tenido la oportunidad de regresar al estudio de grabación del Centro ovetense Pedro Bastarrica y contar con la dirección musical de Pepe Alvella (músico del recordado grupo de los años ochenta Salón Dadá) , técnico de la grabación, y, en esta ocasión, además, baterista de la última grabación de nuestro grupo Unexpected Visit; un privilegio poder aprender de él sobre tantos aspectos de la dimensión musical.
Nuestra protagonista Anne Erin “Annie” Clark (St. Vincent es su nombre artístico) nace el 28 de septiembre de 1982 en Tulsa (Oklahoma), si bien su infancia se desarrolló en Dallas (Texas). Con solo 12 años comenzó a tocar la guitarra y orientó desde el primer momento sus estudios hacia el campo artístico y musical, ya que si bien se gradúa en la escuela secundaria Lake Highlands High School, en 2001, asistió por tres años al prestigioso Berklee College of Music en Boston, fundada en 1945 y que es la universidad privada de música más grande del mundo, que destaca especialmente por el estudio de jazz y de la música moderna de América, aunque también ofrece cursos de nivel universitario en una amplia gama de estilos contemporáneos e históricos, incluyendo rock, hip hop, reggae, salsa, heavy metal y bluegrass. Ya nos hemos referido aquí a esta Universidad cuando hicimos la biografía de Steve Vai el 9 de abril de 2022: Steve Vai, un genial intérprete con la guitarra eléctrica de triple mástil. Por cierto que el primer campus de Berklee fuera de Boston se llevó a cabo en la ciudad española de Valencia en 2008.
Pero volvamos a Annie Clark. El nombre artístico proviene del pseudónimo St. Vincent, con el que empieza a darse a conocer desde 2006, como una referencia al Saint Vincent’s Catholic Medical Center, lugar en el que falleció el poeta galés Dylan Thomas (1914-1953), famoso por ser un bohemio y también por su potente y cautivadora voz, que atraía a cientos de personas a sus recitales poéticos, cuando no se arremolinaban al son de la radio en sus intervenciones en la BBC, aunque también el pseudónimo tiene un hilo referencial a su bisabuela.
Precisamente en 2006, graba su primer álbum de estudio, titulado Marry Me, aunque su salida al mercado tuvo que esperar a 2007, y es que lo bueno casi siempre se hace esperar, y las críticas a esta nueva artista fueron muy positivas con comparaciones con grandes artistas como el mismísimo David Bowie (1947-2016) o la cantante británica Kate Bush (1958).
De este álbum es el sencillo Jesus Saves, I Spend, cuyo vídeo comparto seguidamente con vosotr@s: https://youtu.be/m2eqWeF0ui0
Originalidad y magnetismo, con un juego de voces muy rico y perfectamente empastado en una instrumentación muy trabajada, que evoca a la infancia que todos queremos redescubrir a medida que nos alejamos de ella.
Su segundo disco llega en 2009: Actor. Su nombre responde a que la inspiración del álbum se gestó imaginando pasajes musicales acordes a films clásicos como Blancanieves (1937) y el Mago de Oz (1939), curiosamente películas que ya caminan hacia un siglo de vida y que nunca, especialmente la segunda, han dejado de estar de moda. El atrevido trabajo mejoró en atención y difusión a su ópera prima, lo que tuvo una repercusión notable al colocarse en el número 9 del Ranking de Discos Independientes de Billboard (revista semanal estadounidense además de una lista especializada en información sobre la industria musical). De este trabajo sólo se editó el sencillo Actor Out Of Work (Reino Unido), pero se realizó un vídeoclip con otro de sus temas: Marrow, que visualizaremos a continuación: https://youtu.be/-9prpAv6kvo
En septiembre de 2011 Clark da a conocer Strange Mercy, su tercer disco largo, un trabajo mucho más personal e introspectivo que los anteriores, pese a que su música tiene desde el principio un sello propio que resulta parte de su éxito; con sonidos diferenciales e industriales, en ocasiones hasta incluso estridentes, pero que empastan en sentido y carácter con la voz dulce y elegante de Annie (el videoclip anterior de Marrow bien puede ser un ejemplo).
Apenas un año después, sale al mercado un nuevo álbum: Love This Giant pero en esta ocasión junto con el veterano David Byrne (1952), cantante, guitarrista, compositor, cineasta y actor estadounidense de origen escocés. Y la influencia de este artista se proyecta también en su siguiente trabajo, ya en solitario, St. Vincent, en 2014, especialmente en los sencillos Birth in reverse y Digital witness. Precisamente vamos a escuchar el primero de ellos: https://youtu.be/TAdARF4rGcQ . ¡Qué digo escuchar! Vamos a ver el vídeo, tiene tanto colorido musical como visual, y en este tema pueden verse buena parte de los recursos técnicos a la guitarra de nuestra protagonista pero sin olvidar que estamos ante una cantante sobresaliente y ante una creadora de primera línea. El sonido de la Les Paul es brutal, moderno como Annie y contundente como la estirpe de estas guitarras. Precisamente este álbum, St. Vicent, le valió a la buena de Annie su primer Premio Grammy como Mejor Álbum de Música Alternativa, en el 2015.
En 2017, sale a la luz su quinto disco, titulado Masseduction, álbum que le permitió ganar dos nuevos Premios Grammy, uno por Mejor Canción de Rock por Masseduction, y el otro por Mejor Diseño de Empaque en el año 2019; álbum que contó con una secuela en 2018: MassEducation, una reedición que contiene versiones a piano de las canciones del disco. Como es lógico, la canción siguiente que vamos a disfrutar es la premiada como mejor canción Rock: ahí va Masseduction: https://youtu.be/jPha0h8TA5U
El vídeo de nuevo resulta impactante pero si atendemos a la canción exclusivamente es una joya del género ¡Quién ha dicho que en el Rock ya está todo inventado! 50 años después, St.Vincent o, mejor dicho, Annie, ha puesto sobre la mesa un tema original y pegadizo que incorpora los sonidos del siglo XXI en las estructuras musicales de siempre en la dimensión Rock, un trabajo reconocido en lo popular y reconocible en su forma musical.
En el pasado año, 2021, se editó el que hasta ahora es su último trabajo de estudio: Daddy´s Home en lo que representa un regreso inspirador a los sonidos de los setenta. El título resulta un tributo al regreso a casa de su padre tras un período oscuro de condena en una prisión (ingreso penitenciario paterno que igualmente inspiró parte de su tercer disco, Strange Mercy en 2011).
Tengo la sensación, admirada Annie, que tus mejores trabajos están aún por llegar y es que aunque espacias tus álbumes cada vez con mayor intervalo temporal, se percibe desde tu primer trabajo la madurez y el conocimiento musical de tus composiciones. Pese a tu juventud, en 2006 cuando compusiste tu primer trabajo, con apenas 24 años, ya se escuchaba un sonido personal y trascendente cuyas influencias y comparaciones ya fueron con artistas de primerísima división artística. Y es que, cuando una compositora como tú es capaz de hablar de historias propias o familiares tan personales, sin hacerse daño -espero- su proyección compositiva resulta ilimitada ya que cualquier vivencia que acompaña la vida de tod@s puede ser objeto de una notable canción, cuya puesta en escena contigo siempre resulta sobresaliente, porque tu música es también visual, y no me refiero sólo a la calidad de los diseños de portada y de los videoclips que la acompañan sino que escucharla con todos sus matices y timbres es la paleta de todos los colores que combina la mismísima aplicación Adobe Color. Legados a este punto, si me permites, voy a entrecomillar una frase tuya que me parece sencillamente genial, y que pronunciaste tras dejar la Berklee College of Music: “Creo que con la escuela de música y la escuela de arte, o en la escuela en general, tiene que haber algún sistema de clasificación y medición. Las cosas que pueden enseñarte son cuantificables. Mientras que todo eso es bueno y tiene su lugar, en algún momento tienes que aprender todo lo que puedas y luego olvidarlo con el fin de realmente empezar a hacer música”. Y reitero que me parece genial porque tus palabras ponen en valor a la enseñanza musical, ¡cómo no!, pero, querida amiga, para que la música progrese y evolucione, es necesario que precisamente sus alumnos más aventajados y talentosos, conocedores de las reglas que rigen los 12 sonidos que nos acompañan siempre y con cuyas combinaciones se hacen todos los temas musicales del mundo, rompan esas reglas, ya asimiladas, y comiencen a construir un sistema nuevo, y para sobrepasar esas reglas tradicionales es necesario olvidar lo aprendido y dejar que el talento te lleve al lugar más recóndito del arte, ¡súbete a ese tren hacia cualquier lugar y deja que te transporte sin raíles por el mar!
Y para despedirnos, vamos a disfrutar de uno de los temas de su álbum St. Vincent, “Down”: https://youtu.be/VQ9iAlm-sJ8 que pienso volver a escuchar en compañía de una cerveza Voll-Damm tan pronto llegue a casa. Y es que, admirada Annie, aún está lejos “el lugar donde los poetas vienen a morir”, al que te referías cuando recordabas el Centro Médico en el que falleció Dylan Thomas, escuchando tus canciones, impregnándonos de tu colorido musical y optimistas vibraciones, seguro que lo dejaremos bien atrás, al menos trataremos de complicarle el rastro con toda tu discografía. Eso sí, no dejes de componer, la gasolina del viaje precisa de nuevas y estimulantes canciones que sigan dándonos ventaja en la apasionante carrera de la vida.