Hoy me va a resultar un auténtico placer dedicar unos párrafos a este guitarrista singular al que más allá de mi admiración por su técnica y estilo, -lo que puede predicarse de muchos otros músicos-, sus solos y coros han llenado buena parte de mis muchas jornadas escuchando música (con Sol y con Luna).
Richard Stephen Sambora nace en Perth (New Yersey), misma localidad que su compañero Jon Bon Jovi, en 1959, y se interesó por la música desde que era un niño, explorando instrumentos tan dispares como el piano, la trompeta o el saxofón, hasta que a la edad de 14 años le sedujo la guitarra de la que, como todos sabemos, ya no se separaría jamás. Entre sus ídolos estaban Jimi Hendrix, Eric Clapton o Jimmy Page, si bien su mayor influencia fue Joe Perry, comenzando a tocar en pequeños grupos como “Screaming Minds”, “Bruce Foster Band”, “Duke Williams & The Extremes” o “Mercy y The Message”, grupo éste último que aportaría dos integrantes a la banda de Bon Jovi: el bajista Alec John Such junto con el propio Richie Sambora. Hablamos del año 1983, tras haber sido Richie el vocalista del grupo “Shark Frenzy”(con el que grabó 22 temas).
Sambora es además de guitarrista, compositor, cantante y productor, y en las tres primeras facetas ha dejado su sello profesional en Bon Jovi. En la faceta compositiva ha participado activamente en todos los álbumes desde su llegada en 1983 hasta el año 2013, en el que deja la banda.
Apenas 3 años después de incorporarse a Bon Jovi, en 1986, la fama del grupo resulta imparable con el álbum “Slippery When Wet”, obteniendo un gran éxito en los años restantes de la década y en los noventa, en los que sus riffs de guitarra fueron seña de identidad de muchas de sus canciones más populares: “Livin’on a Prayer”, “Runaway” o “Wanted Dead or Alive”, cuyo solo está considerado uno de los cien más destacados de la historia de la guitarra moderna.
Resultan destacables el álbum “These Days” de 1995, y, por supuesto, una de sus canciones fetiche “It´s My Life”, sencillo publicado en 2000 que puso de nuevo en valor a una formación que, en realidad, no había dejado nunca de estar de moda.
Mi contacto con los impresionantes solos de este guitarrista norteamericano se produce en 1987 de la mano de la canción “Livin´on a Prayer”, que “pegó” muy fuerte en ese verano, después descubriría muchas otras, entre las que destacaría todas las que aparecen en el disco recopilatorio “Greatest Hits”, editado en 2010, de la mano de canciones tan poderosas como “Lay Your Hands on Me” (1989), “I´ll Sleep When I´m Dead” (1993), “Something for the Pain” (1995), “Have a Nice Day” (2005), o baladas tan geniales como : “Bed of Roses” (1992), “Always” (1994), This Ain´t a Love Song” (1995), “No apologies” (2011), y un largo etc. Precisamente, si hablamos de baladas, resulta inconfundible la estupenda voz de coros con la que Sambora complementa la ya extraordinaria voz de Jon Bon Jovi, y que tuve la oportunidad de presenciar en directo en un recordado concierto a principios del verano de 1996 celebrado en el Estadio “El Molinón” de Gijón.
De todas formas, si tuviera que elegir una o dos canciones de la trayectoria de Richie Sambora en Bon Jovi, me quedaría, por una parte, con “In these Arms” (1992), canción que me traslada al verano, al calor, a la playa y a la carretera y que descubrí en 1995 en mi primer año de carnet de conducir, escoltando buena parte de mis viajes de aquel inolvidable año, y, más recientemente, como una de las últimas contribuciones de Richie a la banda, la canción “What’s Left Of Me” (2013), cuya letra reivindicativa -aunque un tanto pesimista- empasta sobre manera con toda la radiante energía de su música y especialmente el “coraje” de su sólo, canción sobre la que tengo proyectada una versión con mi grupo para este mismo mes.
Desde 2013 y hasta la actualidad Richie Sambora sigue carrera en solitario con su pareja, la también guitarrista Orianthi, si bien durante el tiempo que integró y lideró con Jon la banda Bon Jovi editó 3 discos en solitario: “Stranger in this Town” (1991), “Undiscovered Soul” (1998) y “Aftermath of the Lowdown (2012).
Considero que los aspectos más destacables de su interpretación como guitarrista son la contundencia y precisión del sonido de sus solos, amalgama difícil de obtener en guitarras tan distorsionadas como las que utiliza Richie, los acompañamientos arpegiados que rellenan buena parte de los silencios de la voz principal y la elegancia en la ejecución de los directos, movimientos arriesgados que no van reñidos en su caso con una seguridad precisa en cada escala que resalta, con el añadido de hacer los coros de voz en la mayoría de los temas. En ocasiones uno puede destacar a un guitarrista por los momentos en los que interpreta un solo pero en el caso de Sambora, -que tiene incluso un modelo especial de Fender con su apellido-, destaca en todos los episodios de las canciones de Bon Jovi: la guitarra de Richie prepara de forma activa la siguiente estrofa, el tema principal o la modulación diseñada, sirviendo su torrente de notas “de puente armonizado” para redondear cada tema, siendo, sin duda, parte muy importante de la composición de tantas y tantas canciones de la banda de Bon Jovi. Ojalá que Jon y Richie vuelvan a encontrarse para ensamblar sus talentos en la creación de nuevos y emocionantes temas.