Pues sí, termina el mes de julio pero no sin antes dedicar un apartado especial a un guitarrista asturiano de gran prestigio nacional. Hablamos hoy, a punto ya de escaparme de vacaciones, de Rafa Kas, pero desde luego que le dedicaré el tiempo necesario para abordar los aspectos más importantes de su trayectoria musical. Las maletas pueden esperar.

Rafael Rodríguez García nace en Gijón, (Xixón en asturiano), el 30 de marzo de 1966, contando en la actualidad con 54 años de Rock and Roll, y es que cuesta imaginar a nuestro artista de otro modo que con un instrumento de cuerda al hombro.

Pese a que su entorno familiar más directo, el de sus padres, no era precisamente el más adecuado para desarrollar una carrera musical moderna, por el carácter tradicional por más que bien intencionado de aquéllos, Rafa tomó las riendas de su destino y para ello resultó talismán el regalo a sus catorce años de una guitarra española por parte de su abuela junto con un manual de acordes, (seguramente el texto que cualquier iniciado es capaz de entender mínimamente con los gráficos posicionales explicativos propios de estos libros. Así comencé yo con el instrumento gracias a unos fascículos semanales de Planeta Agostini de finales de los ochenta titulados Tu Guitarra, que iban generando 5 archivos completos de anillas, que aún hoy, reviso con relativa regularidad).

Con apenas 18 años Rafa Kas funda el grupo Tratamiento Anticaspa en el que permanecerá hasta 1988, un grupo Punk de amigos que se hizo con la victoria en el Concurso de Maquetas de 1984. Seguidamente Rafa va a comenzar a trabajar en una banda emblemática e histórica en nuestro país como es Ilegales, en la que aportará su buen hacer con el Bajo eléctrico, uno de los instrumentos de cuerda pulsada que maneja con fluidez. Con la edad que tenía Kas, apenas 22 años, seguro que subirse a un escenario con Jorge Martínez tenía que ser una auténtica “universidad de la vida” (me río yo de la comparativa para un abogado de sentarse en la Sala del Tribunal Supremo…). Atrás quedó una carrera universitaria iniciada, Filología Inglesa, que seguro que le aportó en alguna medida consistencia a la pronunciación del inglés en tantas canciones que hoy es capaz de defender con esa voz aguda, antagonista del físico de un guerrero del Norte.

Precisamente, el baterista ovetense, Rubén Mol, que se ha encargado de la percusión de la práctica totalidad de las grabaciones realizadas por mi grupo Unexpected Visit, también tuvo su confirmación de fuego en Ilegales con una edad similar, baterista de calidad y versátil, cuyo talento fue justamente premiado con un premio AMAS del Anuario de la Música en Asturias, (antes llamados “Superventolines”), en 1993.

Pero volvamos a Rafa Kas, su permanencia en Ilegales llega hasta 1990 y apenas un año después, en 1991 se incorpora al grupo de Rock español Desperados, ya a los mandos de la guitarra eléctrica, en clave rítmica, en una etapa final de este grupo, por lo que un año después, en 1992, el inquieto Rafa se une Los Toreros Muertos a la vez que participa en la grabación del álbum Deltoya del grupo de Rock de Plasencia Extremoduro. 

La tarjeta de presentación de Rafa Kas en el panorama Rock nacional estaba consolidada, con su participación en grupos históricos y populares como los citados, y su talento musical era cada vez más reclamado por otras formaciones de diferentes estilos como el grupo de Pop-Rock de nueva ola La Unión -aún en activo-, o la banda madrileña de Technopop Alfhaville.

Pero la personalidad de Rafa Kas demandaba su propio espacio con la formación de una banda propia, que llega de la mano del grupo Electric playboys.

El final de los noventa lleva a Rafa a interesarse en mayor medida por la docencia de guitarra, lo que viene haciendo regularmente desde 1999 en el Centro de Música Joven Pedro Bastarrica de Oviedo, rescatado de Madrid por el coordinador del Centro, el baterista Rubén Mol -al que nos referimos antes-; centro que dispone de locales en los que mi grupo ensaya habitualmente, por lo que resultaba inevitable “impactar” en los pasillos del centro con este espléndido guitarrista (en una ocasión allí estaba Kas con una mandolina de bandolera, y es que, cuando se tienen dedos hábiles tan bien guiados por un cerebro privilegiado no hay instrumento de cuerda que se resista).

A su labor como profesor en Oviedo se unen los ensayos y conciertos con su banda asturiana de Punk-Rock Fe de ratas, grupo que tuve la oportunidad de escuchar en directo en mi pueblo, Salas, a principios de este siglo. También ha formado parte del grupo de Rock alternativo O´Funk´lllo, un volcán de géneros musicales.

Pues hace al menos 15 años, el coordinador del Centro de Música Joven Pedro Bastarrica me pidió el favor, -una vez finalizado nuestro ensayo-, de llevar a un compañero hasta la Estación de Autobuses de Oviedo para que pudiese viajar esa noche a Gijón. Por supuesto que acepté de mano sin imaginarme que el profesor del Centro que me acompañaría era ni más ni menos que el gran Rafa Kas.

Por aquel entonces manejaba un viejo Peugeot 205 rojo de la cosecha del 88, (hay que decir que hoy tengo un coche mejor y espero haber progresado también con la guitarra), y cuando Kas se sentó a mi lado en el asiento delantero derecho reparé en quién era y accioné el contacto del coche para arrancar, sin darme cuenta de que ya estaba en marcha. Rafa, inquieto, emitió algún sonido o expresión oral que no recuerdo pero, desde luego que me dedicó su mirada más Heavy, esa que parece decir algo así como: ¿Me vas a llevar tú hasta la estación o mejor camino un par de kilómetros…? La verdad que juntarse en un mismo coche un jesuita (tú) con un escolapio (yo) sólo podría arrojar desdicha.

Seguramente Rafa ya no se acordará de esta anécdota pero a mí no se me va a olvidar, desde luego que llegó sano y salvo a la estación aunque la conversación fuera más superficial que creativa. Y es que los mandos del coche fueron prioridad absoluta a la vista de la reverberación del arranque.

Las influencias musicales de Rafa Kas son bastante clásicas dentro del Universo Pop-Rock: The Beatles, Led Zeppelin, Frank Zappa -al que considera como un auténtico transgresor por su conceptualización musical mezclada con sus influencias de la Clásica contemporánea -, The Who o King Crimson, banda londinense de Rock progresivo fundada en 1969, pionera del género, pese a la evolución de su sonido, inevitable por su larga trayectoria además de la variedad instrumental aplicada, banda que pese a no ser tan conocida como las restantes influencias de Kas sigue teniendo una gran influencia en muchos artistas de la música contemporánea, al punto que el propio Rafa, ha manifestado en entrevistas el influjo trascendente de King Crimson en su desarrollo y madurez musical.

Rafa Kas tiene 27 guitarras. Ahí es nada. Todas con sus nombres y sus “caprichos”. ¿Tienes para todas Rafa? Si con tus recursos técnicos mantienes que algunas de ellas -todas felinas- hay que mimarlas para que se dejen tocar ¡Cómo nos arañarían a los demás! Una de ellas siempre ocupará un lugar en el recuerdo de mi grupo puesto que en nuestra primera grabación de enero de 2001, en la que trabajamos en un tema propio, Lejanos Deseos, y una versión de Pink Floyd titulada Time nos dejó, por mediación del técnico de sonido del estudio, Pepe Albella, su guitarra Fender de color rosa para la grabación ya que las nuestras no estaban blindadas. El sonido de una de sus guitarras, eso sí, tocada por manos menos expertas, se coló en esa primera grabación (accesible en el enlace Música de nuestra web).

Durante el reciente confinamiento primaveral los Locales de Ensayo, Aulas Musicales y Estudio de Grabación echaron el cierre temporal, pero tanto el coordinador como el técnico de estudio y los docentes subieron videos bien útiles e interesantes en el Canal de YouTube del Ayuntamiento de Oviedo para mantener la llama del aprendizaje y el estímulo de progresión. Y Rafa Kas no se quedó a la zaga con varios videos magistrales. En uno muy interesante explica cómo sustituir todas las cuerdas de la guitarra, los aspectos esenciales de su limpieza y cuidado, y explica perfectamente su técnica para conseguir mantener la tensión de las cuerdas nuevas sin riesgos de una súbita desafinación: https://youtu.be/tC976zpL5jE?list=PLDEd4b4-GswwmopAZytc00g2RqFkCVeu9. Gracias por tanto, monstruo.

Has cumplido, querido Rafa, buena parte de tus sueños de niñez y adolescencia, momento de soñar a lo grande, cuando te empecinaste en una casette de The Beatles en lugar de un tren eléctrico o un fuerte del Far West en miniatura. Te secuestró la música y no aceptó rescate, y a ello también contribuyó la influencia musical de la Ópera que te inoculó tu padre. Pocos guitarristas nacionales pueden presentar tu dilatada trayectoria en grupos y bandas míticas de nuestra mejor generación de Rockeros, sin que ello nublara proyectos personales con tus grupos, y dejando la semilla de tu docencia en las mejores manos, con, entre otros, Igor Paskual (guitarrista de la banda de Loquillo), con el que tuve la oportunidad, a principios de los noventa, de compartir clases musicales y profesora de Guitarra clásica (Soledad Feijoo), o un virtuoso como Ángel Miguel, líder de los Real Straits, al que nos hemos referido aquí el 21 de septiembre de 2018: Ángel Miguel, un “local hero”

Te has dedicado a tu pasión y has cultivado tu talento, -quizás heredado de tu abuela Matilde, que asombraba con su manejo del piano-, y pese a tu capacidad natural no renunciaste al trabajo constante, y a tu determinación por perfeccionar la técnica y explorar los sonidos, -resulta tentador mirar por el ojo de buey marino del aula y comprobar la amalgama de cables y efectos ensamblados con los que experimentas una y otra vez-, crisol que ha esculpido a un músico sobresaliente y admirado, que ha hecho del Rock su razón de vida. Seguro que ese solo perfecto que aún estás explorando, ese punteo que te gustará cantar con los agudos de tu voz más recóndita, está por llegar. Eres escuela viva de Música Moderna, el Vikingo del Rock nacional, el luchador que siempre se levanta; quizás el Sol en estas tierras del Norte no salga con esplendor pero siempre habrá una canción por la que merezca la pena devorar la vida, sintonizar el alma con el canal adecuado en cada momento.

Es verdad que siempre quedan cosas por cumplir: tocar con Antonio Vega, con el que te llevabas sensacionalmente, te habría encantado. Seguro que allá donde esté, -un lugar genial como era él-, te esperará dentro de mucho, mucho tiempo con una nutrida lista de buenas canciones para maridar con los solos de tus guitarras. Entre tanto, no dejes de enseñar buena parte de tus secretos de guitarrista a tant@s alumn@s como sea posible a la vez que vamos a seguir disfrutando de tus directos, de tu arrebatadora personalidad sobre el escenario: un talento brutal tan preciso como el tempo y tan creativo como el trueno.