Nuestro protagonista de hoy nace en Londres el 27 de octubre de 1942, si bien su nacionalidad es belga por vía paterna, por lo que cuenta con la nada despreciable cifra de 78 años, muy bien llevados por cierto.

La inclinación de Philip por el arte no puede extrañar y menos a su familia. Su abuelo era primer violinista de la Orquesta Sinfónica de Londres, y desde edad precoz desarrolló oído para la música.

En su adolescencia descubre al cantautor belga Georges Brassens (1921-1981) y a su preciosista canción poética, y decide comenzar a tocar la guitarra y, poco más tarde, quedará prendado de Django Reinhardt (al que dedicamos aquí una biografía el 3 de enero de 2020: Django Reinhardt, un guitarrista superior del Jazz, y del guitarrista de Jazz -también belga-, René Thomas (1927-1975, fallecido en Santander).

Con 17 años la música deja de ser un pasatiempo excitante para convertirse en una profesión y así acompaña al organista americano instalado en París, Lou Bennett (1926-1997), a la par que sigue estudiando, y no se le da nada mal, finaliza la Licenciatura de Ciencias Económicas y Filosofía.

Como buen músico de Jazz, el bueno de Philip toca con todo aquel artista que se cruza en su camino. De esta forma se va haciendo un nombre en el círculo musical tras sus colaboraciones con intérpretes como el saxofonista norteamericano Sonny Stitt (1924-1982), el percusionista suizo Daniel Humair (nacido en 1935 y felizmente vivo), el trompetista estadounidense Billy Brooks (1926-2002) o el saxofonista también norteamericano Dexter Gordon (1923-1990). Precisamente con este último Philip editó el disco Something different y, desde luego que fue algo diferente puesto que el legendario Dexter nunca había grabado con una guitarra. Se puede decir que ya en los años sesenta Catherine estaba en la vanguardia de los grandes del Jazz.

Nuestro artista de hoy se caracteriza por un eclecticismo musical -en palabras de los críticos-, que yo definiría más bien como versatilidad y adaptación para empastar su buen hacer con la guitarra en función de los músicos y estilos a los que en cada momento acompaña, y es que la preocupación por la obra de los músicos que le rodean es una constante en esta primera etapa artística de los años sesenta. Y esa versatilidad trasciende en nombres y se proyecta en estilos puesto que Philip admira por igual al gran trompetista norteamericano Miles Davis (1926-1991), al saxofonista estadounidense John Coltrane (1926-1967) o al guitarrista norteamericano Sonny Sharrock (1940-1994), los tres del “palo” del Jazz, como al mismísimo “trueno” Jimi Hendrix (de quien nos ocupamos en este blog el 8 de marzo de 2019: Jimi Hendrix: contigo empezó todo), la primavera musical de The Beatles, o el cantante norteamericano de Soul y Funk James Brown (1933-2006).

El éxito de Philip Catherine llega en 1971 formando dueto con el violinista Jean Luc Ponty, con quien permanecerá durante dos años, compartiendo escenarios con músicos tan consistentes como el prodigioso pianista alemán Joachim Kuhn (nacido en 1944) o el baterista italiano Aldo Romano (nacido en 1941), decantándose progresivamente por el Jazz eléctrico. En ese año 1971 sale a la luz su álbum debut como solista titulado Stream, grabado en París en 1970.

Pero el bueno de Philip no deja de estudiar, en este caso música, y pasa un año en la famosa Berklee School of Music de Boston, un ejemplo de humildad e inteligencia (normalmente cualidades muy interrelacionadas), en la que un artista ya reconocido y técnicamente sólido abre su mente al estudio para mejorar y progresar, algo que cuando se deja de hacer en cualquier profesión comienza la curva de la decadencia.

Poco después funda el grupo Pork Pie junto con el saxofonista americano Charlie Mariano (1923-2009), grupo de fusión cuyo disco Transitory de 1974 es un buen exponente, grabando también en ese año el trabajo September man junto con el trompetista danés Palle Mikkelborg (nacido en 1941).

Ya en 1975 Philip Catherine participa en el festival de Jazz de Montreux, se trata de un festival anual de jazz que se celebra en esta localidad suiza frente al Lago Lemán, creado en 1967 por Claude Nobs (1936-2013), y que se ha ido consolidando a partir de los años ochenta como el más conocido de los festivales de música de Suiza, superando los más de 100.000 espectadores en los años noventa. Llega el momento de grabar su tercer disco titulado Guitars.

En 1976 entra a formar parte del grupo Focus sustituyendo al guitarrista holandés Jan Akkerman (nacido en 1946), formación con la que realiza una gira por Inglaterra, apareciendo en el álbum de la banda, Focus con Proby, que también contó con la cantante estadounidense P. J. Proby.

Quizás el momento más decisivo de la carrera de Philip llega al conocer al guitarrista texano Larry Coryell (1943-2017) con el que grabará dos discos: Twin House (1977) y Splendid (1978), pero las inquietudes musicales de Philip pronto le llevan a trabajar junto a otros instrumentistas en una carrera tan dinámica como creativa. Llega el punto de compartir escenario con músicos como el guitarrista francés Christian Escoudé (nacido en 1947), el trompetista y cantante norteamericano Chet Baker (1929-1988), el violinista francés Stephame Grapelli (1908-1997), el compositor y contrabajista norteamericano Charles Mingus (1922-1979) o el mismísimo Benny Goodman, clarinetista y director de orquesta de Jazz norteamericano, con quien se fue de gira en 1982; década de los 80 en la que Catherine toca mucho con el Chet Baker Trio y aparece en varios álbumes de Baker.

Quizás una muestra bien palpable de la capacidad de adaptación de Philip Catherine a diferentes estilos e intérpretes sea su contribución a la Peter Herbolzheiner´s Rhythmn Combination & Brassm y, en concreto, sus solos electrónicos contenidos en el disco Wide Open. Sus rápidos fraseos evocan a su admirado -y mi admirado- Django Reinhardt, por más que en otros proyectos se distancia de esa senda como en la curiosa mezcla del disco Babel en la que la música de Catherine es ejecutada por un cuarteto de jazz-rock y un grupo de cuerda; razones que motivan en gran medida el título de esta entrada, y es que Philip es un adalid de la fusión y mezcla de sonidos y estilos musicales muy diversos y ricos.

Y si ya es complicado disponer de la capacidad técnica para defender temas y estilos diferentes aún lo es más, a mi entender, presentar estas composiciones con una expresividad consistente y creíble de un apasionado sentimiento. Con Philip no cabe el funcionariado musical, de cumplir con los parámetros mínimos exigibles en una interpretación, sino que esa ejecución técnica mínimamente exigible en calidad y sonido debe ser superada por un tsunami de energía interior y entusiasmo emocional.

Esa versatilidad de sonidos y estilos requería lógicamente el manejo de guitarras muy antagonistas como la Yamaha, la Gibson o la Fender; pero, querid@s amig@s, en las manos de este excepcional guitarrista belga no hay marca que no brille y es que no hay guitarra mala en manos excelsas.

Su discografía en solitario se integra por los siguientes trabajos:

Stream (1971), September man (1975), Guitars (1975), Nairam (1976), Babel (1980), End of August (1982), Transparence (1986), September Sky (1988), Oscar (1988), I Remember You (1990), Moods, Vol. I (1992), Moods, Vol. II (1992), Live (1997), Guitar Groove (1998), Blue Prince (2000), Summer Night (2002), Guitars Two (2008), Concert in Capbreton (2010), Plays Cole Porter (2011), Côté Jardin (2012), New Folks (2014) y The String Project (2015); siendo múltiples los trabajos discográficos en los que intervino acompañando a instrumentistas o formando parte de los grupos y bandas aquí mencionados.

Fijaos cómo suena Babel, extraordinariamente moderno, con un sonido metálico y agudo (tan de mi gusto, por cierto): https://youtu.be/4Elzk8Izx8w, tras una semana intensa de trabajo me pongo esta música mientras saboreo una cerveza fresca y “sacudo” las malas vibraciones hasta que se pierden por algún rincón de la corteza cerebral, y me convierto en Capitán General del ejército de los mejores y más positivos pensamientos. Sin duda, esta es la música de Philip Catherine que más me entusiasma.

Querido Philip, qué estupenda mezcla da una madre inglesa y un padre belga, y qué gran cantidad de músicos europeos se han puesto en valor, a la par que los americanos, en este maravilloso tablero del Jazz. Y es que hay música más allá del mundo anglosajón, al que tanto debemos en cualquier caso sobre los estilos musicales surgidos en el siglo XX. Tu talento innato, tan bien desarrollado con estudio y experiencias tan ricas junto a músicos veteranos, te ha convertido en tu madurez en un artista muy influyente en el género del Jazz. ¿Y cómo no iba a ser así? Veamos una muestra de un concierto en Genk en 2013: https://youtu.be/-E0EZ-6CDMQ, en un fenomenal trío de ases: guitarra, contrabajo y percusión: todos con pasajes solistas tan bien trenzados sin descuidar el ritmo. Y ¡qué bien marida esta música con el cine! ¿Qué sería del cine sin el Jazz?

Cuando tuviste la oportunidad de tocar con el contrabajista Charles Mingus, te apodó el joven Django, algo que por fuerza tuvo que hacerte sentir orgulloso, con todo lo que has admirado a este fenomenal guitarrista (incluso ganaste en 1995 un premio Golden Django como mejor artista de habla francesa). Pero si hubieras precedido temporalmente a Reinhardt, bien podría haber sido él “el joven Philip”, y en ese viaje imposible hacia atrás en el tiempo no se me ocurre mejor pasaje de tu música que este de AMC Trio & Philip Catherine, nostálgico y a la vez estimulante, titulado Chakanka (or She Who Waits). Ahí va el enlace, merece la pena escuchar con atención hasta el último soplo de este pasaje musical: https://youtu.be/5GIP2eDyncY.

Ha sido un auténtico placer disfrutar de tu música y de tu trayectoria, admirado Philip, querido abuelo del Jazz Belga, sin un plan preconcebido puesto que esta tarde noche no tenía claro quién iba a ser mi protagonista de hoy. Y una genial portada de tu álbum Transparence de 1986 me cautivó para elegirte, pero no más que los fascinantes pasajes de tu música. Como dijo el crítico Ed Kropp, glosando a tu disco Guitar Groove de 1998 tu música debería gustar por igual a los fans de la corriente principal del jazz, a los de la fusión y a cualquier persona que aprecie la superior musicalidad del jazz; y, yo humildemente añadiría, a todos aquellos que les guste la música con mayúsculas de cualquier estilo, porque tu aportación es, por encima de estilos y sonidos, arte en estado puro.

Y vamos a cerrar esta biografía de hoy con un directo de Philip Catherine con guitarra acústica y una buena hilera de pedales moduladores de sonido en el que puede evocarse fácilmente al gran Django: https://youtu.be/4lklaeQoa3U, pero donde su emocional lirismo muestra un estilo propio y personal; y es que, como dijo el crítico Juan Kelman, Philip no suena como nadie sino a sí mismo, ¡casi nada!