Tarde de viernes tras una semana intensa de trabajo y estímulos, y llega el momento de disfrutar durante un par de horas y la prórroga poniendo en valor a músicos brillantes de toda época y estilo, y hoy le toca el turno a un guitarrista español: Pablo Sáinz Villegas.

Nuestro músico nace el 16 de junio de 1977 en Logroño (La Rioja). Comienza a tocar la guitarra clásica con 6 años (como si fuera un juego), a los 7 ya hizo sus primeras actuaciones en público, y desde esos iniciales conciertos tuvo muy claro que ése era su camino de vida. Y, efectivamente, en el caso de Pablo, su sueño de niño se ha cumplido quizás por encima de sus expectativas de infancia (y eso que los niños no tienen límites en sus sueños). Pero estamos hablando de uno de los grandes de la Guitarra Clásica Universal. Aunque sería poco objetivo contar su éxito solamente desde un talento innato y una competente formación, ya que su maridaje y mimetismo con la guitarra resulta inquebrantable, y son muchas horas de dedicación, durante décadas para conseguir, como el propio artista indica, que la guitarra sea una prolongación de su propio cuerpo. Efectivamente, como recordó en alguna ocasión Tomatito, con quien nuestro intérprete de hoy ha colaborado en una bella mixtura entre guitarra flamenca y clásica, nuestro instrumento es “acaparador”, pero si uno se deja atrapar por él seguramente la guitarra le regalará las mejores notas.

Su formación musical se inicia en el Conservatorio Profesional de Música de La Rioja entre 1983 y 1995, donde obtiene el título de profesor, con matrícula de honor en Sexto de Guitarra, en el último año del grado medio, además del Premio Extraordinario de fin de grado. Seguidamente estudia el grado superior en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid entre 1995 y 1997. Y aquí quiero hacer un inciso. El plan de estudios de esa época (plan de 1966), contenía un grado superior de dos años correspondientes a Séptimo y Octavo de Guitarra y habitualmente eran cursos que requerían prácticamente dos años naturales por cada uno por su alta dificultad. Pablo los sacó curso por curso y se convirtió en Profesor Superior de Guitarra con Premio Extraordinario de fin de carrera, atesorando además una nueva matrícula de honor en Séptimo de Guitarra. Su formación posterior se desarrolló en Alemania primeramente, en el Hochschule für Musik “Franz Liszt” Weimar, entre 1997 y 2001, y después en Nueva York, en el Manhattan School of Music entre 2002 y 2007, completando una formación de postgrado, donde obtuvo el premio Andrés Segovia/Rose Agustine. Era el momento de despegar del mundo académico para centrarse en la interpretación de tantas y tantas obras que el bueno de Sáinz quería compartir con el mundo, porque, para Pablo, la música es de la gente, se debe al público, no hay tregua para no dar lo mejor de uno en cada concierto, da igual el cansancio o el malestar; como un día le transmitió la esposa de Plácido Domingo: un músico no puede estar cansado, tiene que salir al escenario y dar lo mejor de sí a ese auditorio, -cada día nuevo-, que va a escucharle (con la intensidad y estímulo de una primera vez).

Además del Premio Andrés Segovia, Pablo Sáinz Villegas ha sido galardonado con el Francisco Tárrega y el Christopher Parkening, totalizando más de treinta premios internacionales, habiéndole otorgado también el “Galardón a las Artes Riojanas”, además de ser el primer guitarrista en ganar el Premio “Ojo Crítico” de Radio Nacional de España.

Para que nos demos cuenta de la dimensión universal de Sáinz, desde su debut con la Filarmónica de Nueva York bajo la batuta de Rafael Frühbeck de Burgos, ha tocado en más de 40 países y con orquestas como la Filarmónica de Israel, la Orquesta de Radio Televisión Española, la Filarmónica de Los Ángeles, la Sinfónica de San Francisco, la Sinfónica de Boston y la Orquesta Nacional de España, convirtiéndose así en un referente de la guitarra sinfónica actual (denominación por cierto que nunca había escuchado y que resulta muy apropiada para un solista de guitarra que es acompañado por una orquesta sinfónica aunque, dependiendo del repertorio, también puede acompañarse por un formato de Cámara).

Uno de los más grandes cantantes de la historia, el español Plácido Domingo, (por cierto mentor del cantante de Ópera Miguel Ángel Zapater, triunfador en el Opera World Contest OPERALIA en 1995 y esposo de mi querida profesora de guitarra clásica Soledad Feijoo), ha descrito a Pablo como “El maestro de la guitarra española”, llegando a grabar con él un disco a dúo.

La calidad interpretativa de Pablo Sáinz Villegas es bien reconocible pero quizás lo que más llama la atención de sus conciertos es su capacidad expresiva, que resulta conmovedora: con él ninguna nota es prescindible y, mucho menos, el silencio que también forma parte del conjunto expresivo, puesto que al fin y al cabo la música se compone de notas integradas en figuras, más o menos largas, con ritmos muy diversos, que se entrelazan también con silencios puntuales y que se articulan con matices. Y de todo esto, de la música en estado natural, Pablo es, sin duda, un extraordinario “contador de historias musicales”, uno de los más brillantes exponentes del directo instrumental.

Esa maravillosa mixtura entre virtuosismo y majestuosa expresividad es un imán para directores, orquestas y festivales de prestigio, quienes le requieren recurrentemente. Ha tocado en giras internacionales con orquestas como la Amsterdam Sinfonietta, la Orquesta Nacional de España o la New Zealand Symphony además de en conciertos multitudinarios al aire libre (en el Grant Park de Chicago para más de 11.000 personas), además de dejar su sello artístico en históricas salas como el Carnegie Hall en Nueva York, la Philharmonie en Berlín, Tchaikovsky Concert Hall en Moscú, el Musikverein en Viena o el Centro Nacional de las Artes de Beijing).

Su discografía, estupendamente presentada en su página web pablosainzvillegas.com es un crisol de piezas clásicas y contemporáneas, incorporando ritmos de la música popular hispanoamericana, y sus títulos son los siguientes: “Alma de Guitarra Española”, “Volver” (dúo con Plácido Domingo), “El Concierto de Aranjuez. Fantasía para un gentil hombre. Concierto para una fiesta”, de Joaquín Rodrigo (grabado con la Orquesta Nacional de España y Juanjo Mena a los mandos de la dirección), “Americano” (en el que nuestro artista figura con su segundo apellido: Pablo Villegas), un viaje por toda la riqueza musical del continente americano, “Villa-Lobos Guitar Concerto” (con la Chamber Orquestra of Philadelphia y James Judd como Director), “Histoire Du Tango” (con el violinista Augustin Hadelich), “My Mexican Soul” (con la Philarmonic Orchestra of The Americas), “Guitar Recital“, “Sequenzas I-XIV” y “Clásicos Españoles”, a los que hay que unir un disco en directo: “Live from Logroño”.

Llegados a este punto, quiero compartir con vosotr@s una actuación destacada de Sáinz, interpretando el Concierto de Aranjuez del Maestro Rodrigo, grabada en directo en 2018, cuando todavía los auditorios se llenaban de público (seguro que esos tiempo voverán de la mano de artistas tan sobresalientes como Pablo): https://youtu.be/qEPlzM_z_f4. Merece la pena escucharla, resulta arrebatadora su fuerza expresiva y su calidad instrumental.

La oportunidad de traer a Pablo Sáinz Villegas esta semana a nuestro blog ha venido de la mano del Aula de Cultura de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en la que curso mi Doctorado en Derecho Deportivo, que organizó este martes 23 de marzo una conferencia con Pablo como protagonista titulada “Reflexiones y Acordes”, a la que por supuesto asistí virtualmente, no sólo como una actividad transversal de mis actividades doctorales sino también por mi condición de Profesor de guitarra clásica e intérprete de guitarra eléctrica.

Y realmente fue una hora extraordinariamente inspiradora. Conocíamos en gran medida su calidad instrumental pero no tanto su componente más personal e íntimo, y verdaderamente, escuchar su relato sobre lo que es la música y la vida para él, mirando fijamente a los demás con el convencimiento de quien está seguro de cuanto dice pero que a la vez es flexible y abierto a descubrir todo lo que los demás pueden aportar, resulta conmovedor, aceptando que somos imperfectos y poniendo en valor el peso del amor sobre el miedo que, a su juicio, son los dos sentimientos más potentes que mediatizan nuestra conducta, nuestro proceder, y en orden a apostar, Pablo apuesta, ¡cómo no! por construir desde el amor en detrimento del miedo.

Aquí dejo el enlace de este interesante encuentro con el artista y la persona, gracias a esta iniciativa de la UNIR a la que se sumó seguro con cariño por ser una Universidad de su querida tierra riojana: https://www.youtube.com/watch?v=M9GQuewLWLo.

Seguramente, admirado Pablo, en algunas de tus reflexiones entre tanto viaje intercontinental (toda vez que resides en Nueva York), te habrás acordado de ese niño de seis años que fuiste y que empezó a jugar con la música hasta que ésta lo atrapó definitivamente para una causa superior, la de los elegidos, la de los embajadores de sus notas más brillantes y a la vez sentidas. Seguramente ese niño no podría imaginar que ese viaje fuera tan fructífero y exitoso y es que has sido aclamado por la prensa internacional como el sucesor de Andrés Segovia (palabras mayores) y, aunque es cierto que ese pequeño también quería jugar en el Real Madrid, de alguna forma ese sueño de infancia también se ha cumplido con el espectacular concierto con Plácido Domingo en el Santiago Bernabéu ante -nada menos- que 85.000 almas, que te aclamaron como a tantas estrellas de ese querido club, por no hablar del concierto en el Rio Amazonas sobre un escenario flotante, que fue televisado para millones de personas.

Pero para los que amamos el cine casi tanto como la música me parece grandioso que el rey de las bandas sonoras, el mismísimo John Williams (ha ganado el Óscar en 5 ocasiones y tiene decenas de nominaciones), haya escrito por fin música para guitarra y hayas sido tú quien la estrenara, con quien, por cierto, confesaste tener una relación personal muy respetuosa y fluida a través de entrañables cartas y con el que, seguramente, muy pronto colaborarás en uno de sus proyectos compositivos.

Son muchas las ideas que tienes en mente, y en ese maravilloso proceso de poner en valor la guitarra como instrumento nacional para llegar a un público universal, puesto que la guitarra, sin que se dude de sus orígenes españoles, es hoy un instrumento de referencia en todo el mundo y en un abanico de estilos muy diversos, estoy seguro de que tendrás éxito en tu deseo actual de involucrarte en otras músicas que te permitan llegan a un público mayoritario, -más allá de la Música Clásica-, que está esperando a que llegues de una vez y les remuevas el alma.

Con certeza que puedes sentirte orgulloso de tu trayectoria, con mucho recorrido aún por delante, pero seguro que también lo estás en gran medida de tu condición de promotor de la cultura española en el mundo, como impulsor del desarrollo del repertorio de la guitarra española, además de ser oficialmente Embajador turístico de La Rioja. Pero sobre todo, admirado Pablo, estoy convencido de que te sientes muy honrado de liderar desde 2006 el proyecto filantrópico “El legado de la música sin fronteras”, cuya misión es acercar la música a las personas como medio para humanizar su entorno y promover el entendimiento entre las diferentes culturas, proyecto que han compartido más de 32.000 niños y jóvenes en España, México y Estados Unidos. ¿Quién dijo que el talento y el éxito son antagonistas de la generosidad y humanidad?

Eres afortunado indudablemente, pero también eres consciente de ello, y eso te permite apreciar tantas cosas que a otros se les escapan, y es que, como relataste y escenificaste en la conferencia del martes, si miramos a los ojos de otras personas, desde apenas veinte centímetros de distancia, podemos percibir en la pupila del otro nuestro pequeño reflejo, y a veces es necesario parar, silenciar nuestro caminar urgente y reparar en los detalles que están ahí y que son hermosos, porque nos integran en un alma compartida, y desde la música, como lenguaje privilegiado y universal de emociones, se puede y debe impulsar una humanización del mundo, como tan bien expresas y destacas.

Querido Pablo, sé que has planificado tu viaje de vida (quizás “a Ítaca”) con ilusión y esmero, con altos y valiosos objetivos, pero, sin duda, que lo que de verdad resulta inigualable e inspirador, como resaltas, son las paradas de ese maravilloso viaje, -en una de ellas me subo a tu tren sensible y humano-; que no acabe nunca, como deseamos de los buenos libros.