Autor que desarrolló su vida desde finales del siglo XVIII (1792) hasta mediados del siglo XIX (1853), por lo que sus vivencias se desarrollaron en una época revolucionaria de grandes cambios políticos y desarrollo industrial.
Nace en Florencia y fallece en París (curiosa coincidencia con su compatriota Ferdinando Carulli que, como vimos, nació en Napolés y falleció igualmente en la” Ciudad de la Luz”).
Mi experiencia como estudiante de guitarra clásica con la obra de este compositor se centra en sus estudios de los que destacaría la progresiva sucesión de notas agudas en trastes cercanos al puente con arpegio simultáneo de notas al aire, lo que considero novedoso en relación a otras composiciones de su época.
El libro por antonomasia que incluye los estudios de Carcassi es “Veinticinque Studi Melodici Progressivi”, op. 60 per chitarra (Edicioni Suvini Zerboni-Milano, con revisión y digitación de Ruggero Chiesa), edición de 1978 que, como todas las de esta editorial en esa época, tienen una gran calidad de impresión con pentagramas grandes y separados, lo que facilita la lectura y muy especialmente el estudio inicial de las notas a pulsar con indicaciones muy precisas de la cuerda en que se localizan , -que en este caso resulta doblemente importante a fin de no seleccionar la nota en una cuerda errónea que obstaculice la siguiente, dada la combinación reseñada de notas pulsadas agudas con otras cuerdas al aire. Un ejemplo bastante representativo de esta técnica compositiva en ejecución arpegiada es el estudio 15 del manual reseñado , en el que aparecen buena parte de medias cejillas, siendo muy interesante la amplia gama de notas utilizada en la práctica totalidad de los 12 primeros trastes, lo que facilita un aprendizaje más natural de unos dibujos melódicos que no son tan comunes en las partituras de otros autores dentro de un nivel elemental o medio de dificultad.
Tal y como adelanta el título del Libro los estudios van progresivamente complicándose a nivel técnico, como puede observarse definitivamente en el último estudio, el número 25, en el que se trabaja prácticamente sobre toda la extensión del diapasón e incluso con notas en trastes 13 a 15 , -que ya aparecen escritas puntualmente en estudios más sencillos como el número 4-, lo que necesariamente va a exigir una correcta colocación de la mano izquierda para acceder a estas notas y obtener un sonido correcto.
Para muchos de los críticos el Libro de Estudios es el trabajo más representativo de este compositor italiano, siguiendo con bastante fidelidad la edición publicada en vida del autor dentro de la primera mitad del siglo XIX; otros, sin embargo, consideran que las Fantasías son su obra cumbre.
Hablamos de un autor que estudió piano para después centrarse en la guitarra con la que llegó a su más alto nivel musical como concertista en varios países de Europa, calificado en vida como virtuoso de la cuerda pulsada, si bien también realizó una labor docente en piano, guitarra y composición.
Como experiencia un poco heterodoxa, ya en tiempos recientes, he ejecutado buena parte de las melodías lineales de sus estudios como punteos de guitarra eléctrica, obviando los acordes, lo que, pese al sonido característico de una guitarra eléctrica moderna con efecto distorsión , no evita, en modo alguno, que los fraseos interpretados nos trasladen a la época romántica del autor.
Una aportación particular y curiosa de Matteo Carcassi es que pulsaba las cuerdas con su mano derecha con las yemas en lugar de con las uñas (dicotomía técnica que ha pervivido a lo largo de la historia de este maravilloso y completo instrumento); seguramente este autor querría que sus composiciones fuesen interpretadas de igual forma, con el color y sonoridad propios de esta forma de pulsar, apropiada, según muchos, para las piezas de guitarra escritas en esa época.