Esta noche toca hablar de un guitarrista icónico y archiconocido como es Keith Richards, en gran medida por la proyección planetaria de la banda de su vida, nada menos que “The Rolling Stones”.

Richards nace en Dartford (Inglaterra) el 18 de diciembre de 1943, por lo que este inquieto sagitario cuenta con 76 años de “juventud irrenunciable”. Su infancia colegial no fue precisamente modélica, siendo expulsado del Colegio a temprana edad. Parecía claro que Keith tenía que buscar su lugar en la vida y no iba a ser en los libros.

La primera guitarra que llega a sus manos fue modesta, por supuesto acústica, que le sirvió de plataforma de salida para emular los solos de uno de sus ídolos: Chuck Berry. Uno de sus primeros contactos en el mundo del Rock fue con el guitarrista Dick Taylor, (nacido también en 1943), el cual curiosamente comenzó a tocar la guitarra rítmica en “The Rolling Stones”, abandonándola temporalmente para convertirse en bajista, si bien el devenir musical de Dick fue por los derroteros de la guitarra solista que pudo desarrollar en el grupo “Pretty Things”.

La pasión que siente Keith Richards por los sonido negros del Rhythm&Blues es también compartida por otros dos jóvenes llamados -ahí es nada- Mick Jagger y Brian Jones, a los que conoció gracias al cantante británico Alexis Korner (1928-1984), compañeros con los que vivió durante un tiempo en el barrio londinense de Chelsea.

Comenzaban los ensayos de unos chicos con contaban con toda la vitalidad de su juventud y la ambición de llegar a lo más alto, ensayos y primeros conciertos en un pequeño pub de Londres llamado “Bricklayer’s Arms”, en los que participó el teclista Ian Stewart (1938-1985). Pero los comienzos no fueron sencillos, su debut en el “Picadilly Club” en 1962 fue acogido más bien con indiferencia. Pero apenas un año después, gracias al apoyo del citado Alexis Korner, que les cede a su propio baterista, Charlie Watts, y con la entrada de Bill Wyman como bajista en sustitución de Dick Taylor, todo se puso a punto para el despegue de una banda universal y única como “The Rolling Stones”, y el bueno de Keith estaba dentro, viviendo la historia en calidad de protagonista.

Ahora es fácil subirse a una ola casi nunca decreciente pero en aquellos primeros años sesenta Andrew Loog Oldham apostó firmemente por la banda y consiguió que se incorporaran a la Decca Records, (sello británico creado en 1929 integrado actualmente en la compañía discográfica Universal Music Group), quien se convertirá en su manager y que merced a este acierto en sentir el potencial de esta banda en sus inicios ocupa hoy un lugar en el Salón de la Fama del Rock and Roll desde 2014.

El impulso de Decca Records y los esfuerzos de Oldham permitieron a Richards y los suyos compartir escenarios ya en 1963 con algunos de sus ídolos como los cantantes estadounidenses Bo Diddley (1928-2008) y Little Richard (1932). Al año siguiente, en 1963, cruzan el charco para su primera experiencia norteamericana que dejará una grabación en los conocidos estudios Chess de Chicago, consiguiendo un notable éxito con una versión del cantautor estadounidense Bobby Womack (1944-2014) titulada “It´s All Over Now”, si bien su primer álbum llega en 1965, integrado en gran parte por versiones, pero que serán decisivas en su reconocimiento y proyección.

Llega el momento mágico de aportar canciones propias y para ello resulta decisivo el tándem formado por Mick Jagger y nuestro protagonista de hoy, Keith Richards, que componen éxitos memorables sin solución de continuidad. No es sencillo ni seguramente justo comparar este magnífico dueto con otras grandes parejas de la composición pero es fácil recordar, por su coincidencia temporal y cierta rivalidad, -seguramente más por parte de los fans que por ellos mismos-, con la pareja formada por Lennon y McCartney en “The Beatles”. Son estilos distintos pero qué maravillosas canciones nos dejaron. ¿Y si… “como mera fantasía” intercambiamos las parejas y sumamos a Richards con Lennon y a Jagger con McCartney…? ¿Qué canciones saldrían de aquí ? Seguro que también resultarían estupendas aunque los estilos resultaran tan curiosos como envolventes.

Keith Richards es un guitarrista rítmico, nunca ha destacado por la calidad y suficiencia de sus solos, como igualmente buena parte de los guitarristas solistas no son necesariamente brillantes en la armonía rítmica, pero en su especialidad, es un guitarrista extraordinario, sus riffs (líneas de acompañamiento de uno o dos compases, integradas normalmente por acordes de quintas) se han convertido en clásicos del Rock. Pepe Alvella, técnico de grabación con el que tuve la oportunidad de compartir muchas horas de estudio, siempre resalta la importancia de poner en valor al guitarrista rítmico, cuyo trabajo armónico pasa más desapercibido que el efectista y malabar de los guitarristas solistas, pero que resulta decisivo para dar consistencia a los temas y seguridad al cantante, en unión de la sección rítmica (quizás esta opinión de Alvella este mediatizada por su condición de baterista en la banda asturiana de los ochenta “Salón Dadá” pero también por muchas horas de vuelo a los mandos del estudio de grabacion).

Pero volvamos al tema. En 1965 y 1966 llegan hits como “Satisfaction”, “Get Off My Cloud” o “Paint It Black”. Y poco después, en pleno auge de la psicodelia, se publica el álbum “Their Satanic Majestic Request”, si bien esta época de la banda estuvo ensombrecida por la muerte del guitarrista Brian Jones (1942-1969) que poco antes había abandonado el grupo.

En los años setenta “The Rolling Stones” tocan conciertos multitudinarios, incorporan al guitarrista solista Mick Taylor y se instalan en Francia, concretamente en Niza, donde Keith Richards montará en una casa de su propiedad un estudio de grabación del que saldrán los trabajos “Sticky Fingers” (1971) y “Exile On Main Street” (1972).

La banda tiene una dimensión tan trascendente que ya cuenta con su propio sello discográfico de idéntico nombre que el grupo. En 1974 Mick Taylor decide buscar otros proyectos siendo sustituido por Ron Wood, y llega el álbum “Black and Blue” (1976), en el que el Reggae de moda marida con el Rhythm and Blues de toda su trayectoria.

Keith Richards no dejó de ser “travieso” al convertirse en adulto, en 1977 su “idilio” con la heroína le llevó a ser detenido por la Policía en Canadá. Ciertamente su carácter conflictivo resultaba exasperante y sus contravenciones de la legalidad fueron habituales. En 1978 “The Rolling Stones” publican “Some Girls”, y Keith editará un sencillo en solitario denominado “Run Rudolph Run/The Harder They Come”.

Los años ochenta ponen a la banda de nuevo en primera fila con el álbum “Tatoo you” (1981), y la multitudinaria gira de 1982 recogida en el doble “Still Life”, a la que siguió un declive con “Undercover” (1983), que materializó un distanciamiento entre los miembros del grupo, con un Mick Jagger siguiendo carrera en solitario y un Keith Richards enrolado en la Virgin, si bien la banda publicó en 1986 “Dirty Work”. Richards también se enfocó en otros proyectos musicales formando la banda “X-pensive Winos” con el baterista Steve Jordan, el guitarrista Waddy Watchel, el bajista Charley Daryton, el saxofonista Bobby Keys y el teclista Ivan Neville.

En 1988 Keith saca un disco solista, titulado “Talk is Cheap”, logrando un disco de oro en Estados Unidos, al que siguió una gira con disco en vivo: “Live at the Hollywood Palladium”, publicando en 1992 su segundo trabajo en solitario: “Main Offender”, década a partir de la cual colaboró con muchos artistas de diferentes “palos”como el pianista estadounidense de Blues Johnnie Johnson, con la leyenda de la música Country George Jones, o el cantante de Rock californiano Tom Waits -con el que haría varios proyectos discográficos-. Incluso colaboró en 2004 con la banda “Toots and The Maytals” en el álbum “True Love”, que consiguió un Grammy a mejor disco de Reggae.

Sin embargo “The Rolling Stones” no se han separado formalmente y ahí siguen 58 años después (desde 1962), cercanos sus componentes a los ochenta años, dando fabulosas sesiones de Rock en directo en grandes escenarios repletos de fans de ayer, de hoy y quién sabe si de mañana. Tras esa carrera en solitario de Richards, junto con otras bandas y colaboraciones, en 2005 “The Rolling Stones”, con grabaciones de edición limitada y no publicadas anteriormente, publican “Rarities 1971-2003”; si bien la carrera en solitario de Keith seguiría paralelamente con la publicación de su tercer disco en solitario: “Crosseyet Heat” (2015).

Keith Richards destaca no solamente por ser un guitarrista rítmico de referencia en una de las bandas más importantes de la historia sino especialmente por su faceta compositiva, la gran mayoría de las canciones de “Rolling Stones” llevan su firma (junto con la de Mick Jagger), e incluso interpreta en ocasiones las voces en algunos de los temas (14 de las mejores 500 canciones de todos los tiempos, destacadas en la revista Rolling Stone, llevan la firma de Jagger y Richards)

Richards ha tocado una gran cantidad de tipos de guitarra a lo largo de su dilatada carrera, pasando por las familia Gibson Les Paul, Fender, Epiphone, Zemaitis (de 5 cuerdas), o las personalizadas Newman-Jones, si bien es muy característica la Fender Telecaster de 1953, apodada “Micawber” por un personaje de la novela “David Copperfield” de Charles Dickens. No es desde luego el único guitarrista que pone nombre a sus guitarras, (imaginamos que Keith no lo ha hecho con sus más de 3.000 guitarras), pero aquí tratamos en este blog la figura del guitarrista español Raimundo Amador el 5 de abril de 2019: Raimundo Amador, mixtura de estilos, que también ponía nombres a sus guitarras españolas.

Sus amplificadores han sido normalmente Fender, optando por combinar dos amplificadores (uno más grande, el Fender Twin, sin efectos, y otro, Fender Champ, con overdrive como sobrecarga del sonido), tratando de obtener claridad y distorsión, lo que no es fácil, siendo Richard defensor de usar amplificadores de baja potencia en el estudio, con los complementos de pedales wah, phaser (procesamiento digital de audio en el que la señal se dobla y luego se le aplica un atraso, con ciertas similitudes al efecto flanger, si bien se diferencian en que las cancelaciones de fase del primero son exponenciales a diferencia del flanger), o el fuzzbox (sonido saturado) que utilizó con gran éxito y repercusión comercial en el hit “(I can´t Get No) Satisfaction”, canción que junto con “Angie” son mis dos canciones preferidas de una banda cuyo nombre “The Rolling Stones” se debe a una composición del bluesman norteamericano Muddy Waters (1913-1983).

Pues sí Keith, las travesuras y rudo carácter no te han sacado del cuadro musical en el que por talento compositivo y solvencia instrumental estás con pleno derecho. Menos mal que aquella caída de un árbol en las Islas Fiyi en 2006 no truncó tu carrera aunque mediatizara la gira de la banda. Viéndote recientemente en una contraportada de un periódico asturiano estoy convencido de que esa mirada desafiante en un rostro castigado por los excesos y el tiempo va a regalarnos aún muchas noches de buena música. No vayas a dejar en el tintero ninguna de esas canciones ocultas que tod@s sabemos que no se integraron en el álbum “Rarities: 1971-2003”, seguro que con la experiencia de “sus satánicas majestades” seréis capaces incluso de mejorarlas y girar con ellas hasta, al menos, haceros centenarios. El Rock no puede estar más vivo mientras “The Rolling Stones” sigan desplegando un talento majestuoso y una puesta en escena brutal.