Noche de baloncesto y del bueno: tras disfrutar de un apasionante Real Madrid-F.C.Barcelona de la Final Four de la Euroliga, con victoria blanca y pase a la gran final del domingo ante Olympiacos, toca centrarse en la música y explorar la biografía de un compositor, cantante y multi instrumentista que os va a encantar, ya veréis. Hoy es el momento de hablar de Jorge Otero.

La trayectoria musical de nuestro protagonista de hoy va de la mano del grupo asturiano Stormy Mondays, que lleva más de 30 años tocando en vivo en los escenarios nacionales e internacionales y que ha ido edificando una sólida carrera discográfica que cuenta ya con 18 trabajos ¡Y los que quedan amig@s!

Puede decirse que el crecimiento musical de su alma y fundador ha ido de la mano de la proyección y profesionalización del grupo, con un importante elenco de músicos que en algún momento han formado parte de su trayectoria hasta llegar al momento actual en el que, de forma estable, los puestos de voz, guitarras, bajo, batería y teclados están más que bien cubiertos.

Cuando Jorge y los Stormy comenzaron en Oviedo (donde continúan) a principios de los noventa y lograron grabar su primer disco, Rainy Days And Broken Hearts, ya en 1998, fueron calificados como “roots-rock“, subgénero de música rock que mira hacia atrás, a los orígenes del rock y de la música folk, blues y country; creo que esta denominación puede ser acertada y se corresponde bastante bien con las fuentes de las que bebe su música, que mezcla el sonido eléctrico de una banda de rock con instrumentos acústicos de todo tipo. Incluso, 25 años después de su bautismo en el estudio, y más allá de nuevos y competentes intérpretes y de nuevas ideas compositivas con aportación de instrumentos variopintos, sigue siendo una banda con raíces bien ancladas en los orígenes de los citados géneros.

Cuando indico en el título que Stormy Mondays son una banda singular lo digo por una serie de importantes éxitos, algunos -los menos- casuales, y otros -los más- asociados directamente al talento y a la calidad de su música, que, como veremos, permitieron al grupo compartir proyectos y escenarios con algunas de las más relevantes estrellas del Rock a escala planetaria.

Comencemos por el principio. En 1992, el siempre recordado Michael Jackson actúa en Oviedo en las Fiestas de San Mateo, que se celebran en el mes de septiembre. Con el gran cantante toca esa noche Slash -a quien por cierto también rendimos homenaje en este blog el 22 de marzo de 2019: ¿Y quién demonios es Saul Hudson? Nada menos que SLASH-, quien se quiso perder por las calles de Oviedo y se encontró con los primeros Stormy Mondays tocando en un modesto escenario del Oviedo Antiguo. Pues algo especial vio en estos chicos -que otros también vieron después- y subió a tocar con ellos varias canciones ante la sorpresa e incredulidad del público (imaginemos lo que para Jorge y su banda, que comenzaban a tocar en directo, suponía verse en el mismo escenario que un guitarrista universalmente consagrado). Sin duda, fue una estimulante experiencia, una especie de sueño cumplido e inimaginable, del que se hicieron eco los medios de comunicación, lo que, sin duda puso al grupo en la pista de salida hacia el éxito.

Pero, a esta caótica y maravillosa casualidad, le acompañaron en los siguientes años otras experiencias de mayor proyección bien ganadas en la arena de los músicos. Efectivamente, en este primer álbum de 1998, Rainy Days and Broken Hearts, cuentan con la colaboración del legendario rockero neoyorquino Elliott Murphy (1949), que incluso canta y toca la guitarra acústica en Blue As The Night, colaboración que se proyectó en diversos conciertos como el que tuve la oportunidad de presenciar en la Sala de Fiestas ovetense “Stravaganza” a finales del siglo pasado.

Pero la escalera mágica no dejó de desplegar nuevos escalones hacia el cielo. En 1999 se convirtieron en la única banda española que tocó en el legendario festival de Woodstock, y, ahí es nada, en 2006, comparten escenario con nada más y nada menos que Bruce Springsteen en el Festival Light of day en New Jersey. Quien no conozca a este grupo ovetense quizás les parezca que con Woodstock y New Jersey ya se había alcanzado el clímax de proyección musical. Pero aún quedaba cuerda y bien larga: viajar al espacio. La NASA, sí, digo la NASA -la Agencia Espacial-, organizó en 2011 el concurso Space Rock para elegir una canción con la que se despertarían los astronautas en la despedida del Transbordador Espacial Endeavour. Se recibieron más de 1.300 aportaciones, obteniendo primeramente Jorge y sus chicos, con su canción Sunrise Number 1, entrar en una exclusiva pre selección de 10 finalistas, para conseguir finalmente nada menos que 780.000 votos (casi el 50% del total), que le otorgaron los usuarios, imponiéndose en la votación definitiva a nueve bandas americanas.

Las casualidades, si existen, no se repiten amig@s, este crisol de éxitos de una banda radicada en el Norte de España, muy lejos desde luego de los circuitos trepidantes de las discográficas y grandes conciertos, responde sencillamente a una inquebrantable fe en el trabajo bien hecho, lejos de una industrialidad productiva, más mercantil que artística, y es que -como ellos dicen en la biografía de su web, página muy recomendable por su genial presentación y desarrollo de contenidos-: “Nuestra música está cocinada a fuego lento. No hacemos “comida rápida”. No es para todo el mundo, pero podría ser justo la que tú estás buscando”. Véase y explórese: https://es.stormymondays.com/.

Os preguntaréis como suena este tema espacial de Stormy Mondays: Sunrise Number 1. Seguidamente comparto con vosotr@s el vídeo de  Youtube: https://youtu.be/zYWdnndxXys.

Os va a sorprender, merece la pena echar una ojeada a su letra, tan elaborada como divertida es su música.

Pero cuando hablamos de Stormy Mondays estamos aplaudiendo por encima de todo a la música en vivo. Pese a su casi veintena de discos, Jorge Otero y su banda deben valorarse y recordarse por la calidad y puesta en escena de sus directos, que es sin duda la vara de medir de los grandes músicos, esa capacidad de salir a un escenario y que desde la primera canción el público se hipnotice y se deje llevar por las sendas -a veces sinuosas y oscuras- de esas canciones, dejando durante dos horas las preocupaciones del vivir para elevarse en un viaje guiado hábilmente por esta maravillosa banda, hilando historia tras historia con canciones vibrantes y auténticas, en la seguridad de que -a diferencia de los discos- ese concierto que estás presenciando resulta una experiencia única que siempre recordarás. Y, efectivamente, la razón por la que traigo a Jorge Otero a esta sección hoy viernes -ya casi sábado- es porque hace apenas una semana tuve la oportunidad de presenciar el concierto de su versión eléctrica de las canciones del disco Nebraska de Bruce Springsteen, en el Teatro Filarmónica de Oviedo,  y, querid@s amig@s, resultó espectacular y creo hablar “en modo colectivo” -sin representar a nadie, claro está-, pero, sí puedo decir, que se paladeaba el entusiasmo de los allí presentes al acabar el concierto, dando buena cuenta de las existencias de vinilos y Cds en el stand allí apostado, que costaba sostener ante la avalancha de compradores que “atacaban el fuerte” como los mismísimos zulúes de Rorke’s Drift en 1879 (hecho histórico magníficamente contado en la película británica “Zulú” de 1964, con banda sonora del gran John Barry).

Llegados a este punto, quiero poner en valor el alto nivel interpretativo de Jorge Otero a la guitarra. Hace años, colaboró con otra extraordinaria banda, Real Straits, -realizando versiones geniales de los éxitos de los Dire-, y Ángel Miguel, el guitarrista principal, a quien dedicamos aquí un espacio el 21 de septiembre de 2018: Ángel Miguel, un “local hero”, comentó en un concierto la admiración que sentía por Jorge Otero como guitarrista. En aquellos momentos quizás todo su buen hacer instrumental quedaba en un segundo plano ante la majestuosidad de los recurrentes solos de Ángel, -casi siempre nos fijamos más en el guitarrista solista que en el rítmico-, pero comprobando su liderazgo en Stormy Mondays, encargándose prácticamente de todas las guitarras a la par que poniendo voz a todos los temas, puntualmente apoyados por atinados coros del bajista -Juan Zamorano- y del teclista -Pablo A. Bertrand-, tocando con un sentimiento tan honesto y comunicativo, y una precisión técnica no reñida con una elegante puesta en escena, hay que concluir que, tal y como indicaba Ángel Miguel, estamos ante un guitarrista sensacional (sus giras internacionales de apoyo instrumental a importantes artistas son buena muestra de su profesional desempeño), a la par que ante un compositor lleno de ideas muy bien trasladadas a las canciones, con una instrumentación tan variada como bien ensamblada, que resultan una delicia para quienes amamos la música y buscamos en ella un refugio invulnerable a los malos momentos.

La discografía de Stormy Mondays, además de Rainy Days And Broken Hearts (1998), se integra por los siguientes trabajos: Winter Songs (2002), Días de lluvia, corazones rotos (2002), París (2004), On The Run (2007), En Concierto: En el  Jardín Botánico Atlántico de Gijón (2009), On My Radio (2010), Días Mejores (2010), Radio (2010), Sunrise Number 1 (2011), Dormí ya (2012), Tú y yo / A las 9 (2012), Sketchbook (2014), Wading The River / The Lay Of The Land (2015), Santa Cecilia (BluRay, 2016), Suitcase Full Of Dreams (2017), So Far, So Good / 20 years of Stormy Mondays (2018), Nebraska (2019), y Forever young (2021).

La verdad, admirado Jorge, que siempre habrá que agradecer a Michael J. Fox su recordada escena en el film “Regreso al Futuro” con esos riffs de guitarra que cautivaron tu corazón y te llevaron por la senda de la música, una pasión que renuevas cada día en compañía de una nómina de músicos de gran nivel. Más allá de tu talento compositivo e interpretativo (en instrumentos no sólo de cuerda pulsada como la guitarra, banjo, o mandolina sino incluso de viento como la armónica), has mantenido un equilibrio muy interesante entre las raíces musicales de inspiración y las nuevas tecnologías, tu habilidad para adelantarte a los tiempos os permitió comenzar a vender discos por internet cuando mucha gente aún no sabía lo que era este gran invento contemporáneo, pericia que también has demostrado en saber acompañarte de primeros espadas del Rock, e incorporando a músicos con los que tienes mucho en común en estilos, gustos y proyectos, de forma tal que el grupo mantenga su esencia a la par que se nutra de nuevas energías y sueños renovados. Y uno de ellos es Juanjo Zamorano, actual bajista de Stormy Mondays, a quien conozco desde que era un niño, y que cuando cumplió 15 años comenzó a tomarse en serio la música  con una maleta repleta de sueños adolescentes, compartidos en largas sesiones nocturnas musicales en un garaje, unos ya cumplidos y otros por alcanzar en estos nuevos tiempos con la magia de vuestra banda. Su talento artístico y versatilidad instrumental eran patentes (¡yo lo vi primero! pero cualquiera lo puede apreciar, hasta un miope astigmático y sobrado sin gafas como el que escribe).

Hace casi veinte años tuve la oportunidad de realizar 32 programas de radio, en el canal ovetense ya desaparecido Radio Vetusta y en uno de esos programas pude asistir a una entrevista que te hizo Eduardo Cosmea (quien con el tiempo se convirtió en mánager de vuestra banda) y recuerdo tu entusiasmo y hábil comunicación, que, a la vista de vuestro último concierto, siguen felizmente vigentes. No sé cuál va ser la siguiente aventura musical con la que nos sorprenderéis. Estaremos atentos. ¿Qué tal un concierto en el espacio exterior? Tiempo al tiempo.