Comienza el otoño y esos espectaculares paisajes mates y fundidos de mi estación favorita, pero si tuviésemos que clasificar al guitarrista sobre el que hablaremos esta noche en una estación del año, lo incluiría en la primavera (por su creatividad juvenil, versatilidad y energía desbordante). Esta noche voy a dedicar este espacio a Johnny “Guitar” Watson. Tiene que ser un honor para un músico que le “apelliden” con el nombre de su instrumento (aunque él, como veremos, tocaba varios y muy bien).

Johnny nace en Houston (Texas) el 3 de febrero de 1935 (de la quinta de mi padre) y fallece en Yokohama (Japón) el 17 de mayo de 1996, con apenas 61 años. Sus primeras lecciones musicales las recibió de su tío Frankie Lee Simms, que tuvo una interesante trayectoria musical con la guitarra y el piano. A los 18 años nuestro protagonista se traslada a Los Ángeles viviendo su “bautismo de fuego” en los escenarios como intérprete de Blues. Su primer instrumento fue el piano (seguramente por influencia de su tío Frankie) pero pronto quedó cautivado por la “Reina de las 6 cuerdas”, y es que, sin desmerecer a otros instrumentos, la guitarra tiene algo especial y universal, capaz de capturar a muchos estilos (aunque a veces lleguen a “fugarse” en manos inexpertas) y con la indudable ventaja de la comodidad de su transporte. Pero la guitarra sin sus buenos intérpretes no sería tan seductora, si bien en aquellos años cincuenta eran muchos y buenos los guitarristas destacados de Blues, como T. Bone Walker (1910-1975), Clarence “Gatemouth” Brown (1924-2005), o Lowel Fulson (1921-1999), referentes del joven músico.

Johnny asiste en primera fila al nacimiento del Rock and Roll y no le resultó indiferente. En 1955 contaba con sólo 20 años y contribuyó a su desarrollo con dos canciones geniales como fueron Gangster of Love y One more kiss. Vamos a escuchar la primera de ellas: https://youtu.be/fDDMTP-Uk20.

¡Qué sonido más fresco y puro, más de 60 años después!

Me he quedado con ganas de más, comparto seguidamente One More Kiss: https://youtu.be/MWijfWKwrsg. Suena de cine amig@s.

Una vez compuesto este buen material musical era el momento de presentarlo por todo el país, y lo de la puesta en escena se le daba a Johnny casi mejor que la propia actividad creativa. Y así, recorre gran parte de Norteamérica desplegando un show espectacular en el que llegaba a tocar la guitarra con los dientes, adelantándose en 15 años al gran Jimie Hendrix en tales habilidades, a quien dedicamos aquí un espacio el 8 de marzo de 2019: Jimi Hendrix: contigo empezó todo.

Llegan los sesenta, y nuestro “querido Watson” comienza a interesarse por la música Soul, caracterizada por ritmos pegadizos, acentuados por palmas y movimientos corporales espontáneos, y con una peculiaridad muy característica como era la llamada y respuesta entre el solista y el coro, con un sonido vocal tenso, estilo que viene a ser la evolución de la música afroamericana desde 1950 a 1970, considerándose el Soul un término nuevo para definir un estilo ya existente como era el rhythm and blues. Jhonny se asocia a un excelente pianista de Nueva Orleans, Larry Williams (1935-1980), con el que graba varios discos que son fruto de una receta musical variada que deriva desde el Rock and Roll, al jump Blues, pasando por el gumbo orleanés y, cómo no, por el Soul. El jump Blues es un estilo de blues acelerado, generalmente interpretado por pequeños grupos y con instrumentos de viento. Fue popular en la década de 1940 y fue un precursor del Rock and Roll.

Llega su momento, el de un gran hit, con la adaptación de una versión cantada del tema Mercy, Mercy, compuesto por el teclista austríaco Joe Zawinul (1932-2007) para el grupo de Miles Davis, versión, la de Johnny, que escuchamos a continuación con su inseparable Larry Williams: https://youtu.be/sThUHCL44Tw ¡Temazo! No obstante, su ascenso a la élite musical no se produce hasta bien entrada la década de los setenta, y lo logra con un sonido más sofisticado y personal, resultado de integrar elementos sonoros de la música funky, estilo éste que se caracteriza por un ritmo fuertemente acentuado y la utilización de riffs muy sincopados, sonido que, al fin, lo catapultó a la vanguardia de la música de baile. En esos dorados años setenta Johnny compondría temas tan recordados como Ain´t that a bitch, Booty Ooty o What the hell is this, este último con un sonido muy moderno y original. Ahí va la muestra: https://youtu.be/HzyS1dqSvSw.

Pero nuestro músico también tenía la capacidad de componer baladas y cantarlas con emoción y autenticidad. Entre éstas podemos destacar Strung Out o Love Jones. Comparto con vosotr@s el audio de la primera: https://youtu.be/y7BD5znRhFs Me encanta su voz, clara y precisa en sus fraseos, tan bien empastada con la instrumentación, en cuya elegante mixtura predominan los agudos, con puntuales incursiones graves.

Su carrera discográfica se compone de los siguientes trabajos: Gangster of Love (1957), I Cried for You (1963), Johnny Guitar Watson [King] (1963), The Blues Soul of Johnny Guitar Watson (1964), Larry Williams Show with Johnny Guitar Watson (1965), Bad (1967), In the Fats Bag (1967), Two for the Price of One (1967), Listen (1973), I Don’t Want to Be A Lone Ranger (1975), The Gangster Is Back (1975), Ain’t That a Bitch (1976), Captured Live (1976), A Real Mother for Ya (1977), Funk Beyond the Call of Duty (1977), Giant (1978), Gettin’ Down with Johnny “Guitar” Watson (1978), What the Hell Is This? (1979), Love Jones (1980), Johnny “Guitar” Watson and the Family Clone (1981), That’s What Time It Is (1982), Strike on Computers (1984), Hit the Highway (1985), 3 Hours Past Midnight (1986), Plays Misty (1992) y Bow Wow (1994).

Admirado Johnny, no sólo fuiste un gran músico -tan destacado en clave compositiva como interpretativa-, sino un auténtico showman. Y pienso que quizás te guste ser recordado por ello. En cualquier caso, ¡cómo íbamos a pasar de puntillas sobre tus acrobacias circenses! ¿Acaso conocemos a muchos guitarristas, músicos, que a la vez que tocan -y muy bien, como tú- sean capaces de caminar sobre una cuerda a diez metros del suelo? Eras la bomba y la sonrisa inquebrantable de las fotos que han retratado tu vida pone bien a las claras que tú eras más que consciente de ello. Y esos críticos de la ortodoxia Blues, que no compartían tus devaneos con el funky y, en realidad, vivían enfadados con el mundo del éxito comercial, ¿cómo se veían desde la altura? Aunque suspendido en una cuerda, mejor mirar aún más arriba, porque por encima de ti seguro que sólo se veían las estrellas, llenas de esa energía eléctrica de tus riffs, de esa voz optimista y confiada que se sabe ganadora de la escena. Y es que, en el escenario, querido Johnny, salías siempre a ganar, sin guardarte nada, desde tu primera canción; en tus shows el espectador se sentía protagonista porque tú sabías cautivarlo y hacerle sentir que esa noche iba a ser especial, con una conectividad mágica desde el escenario al auditorio.

¿Y qué podemos decir del diseño de las portadas de tus discos? Resultan asombrosas y llenas de buen humor: eres capaz de aparecer en un cochecito de bebé o compartir estampa con varios Johnny-s clónicos. ¡Una auténtica Big Band de talento, emoción y desenfreno! En otra apareces condecorado militarmente por una estupenda mujer con gorra militar del ejército americano y resulta provocadora y valiente, aunque hoy la portada más realista en esta tesitura sería la de un hombre condecorando militarmente a una mujer ¡No sabes lo que han cambiado los tiempos desde que nos dejaste y cómo las mujeres se han integrado con éxito y profesionalidad en el ejército como en tantas otras actividades! Seguro que te encantaría descubrir a las excepcionales guitarristas con las que contamos en el Siglo XXI por todos los rincones del planeta (si tienes tiempo, buena parte de ellas las puedes disfrutar en nuestro blog). Aunque a ti, querido Johnny, seguro que te habría encantado este cambalache social y que contarías una de estas historias en clave femenina con el descaro y elegancia de tu personalidad arrolladora. Y la cantaríamos, claro que sí, pero, sobro todo, la bailaríamos atrapados por las luces multicolor de la Disco. ¡Quién pudiera ser Holmes a tu lado, querido Watson!

Y ya para despedir este resumido pasaje de tu trayectoria artística, que te coloca como uno de los guitarristas de referencia de la segunda mitad del Siglo XX, voy a compartir con tod@s un vídeo de la interpretación del tema A Real Mother For Ya, de 1977: https://youtu.be/x-f5iOHYcW4 ¡Cómo mola esa guitarra de estrella tocada por esos dedos gigantes!, ¡qué sección de viento tan atinada y precisa! Pero, sobre todo, ¡qué sonrisa imperturbable!; queda claro: si fueses una estación sin duda serías la primavera (el otoño para los grises inentusiastas).