Tras una semana intensa en trabajo y emociones, en la que tuve que compatibilizar mi actividad de despacho con la grabación de cuatro temas musicales en el estudio del Centro de Música Joven Pedro Bastarrica de Oviedo, siempre con la sabia orientación del técnico, Pepe Albella, cuya influencia se traslada más allá del deber de gestionar las pistas a la propia ejecución musical (sus conocimientos y experiencias son un lujo para quienes tenemos la oportunidad de grabar con él), y a la espera de rematar el proyecto durante la próxima semana con la aportación de la percusión por parte de otro gran profesional como Rubén Rodríguez “Mol”, y la siempre fascinante mezcla de sonidos y efectos, toca liberarse de las obligaciones diarias y realizar una agradable inmersión musical en la trayectoria de una gran intérprete de la guitarra: hoy es la noche de Donita Sparks.

Donita nace en la ciudad de Chicago, el 8 de abril de 1964, por lo que cuenta con 59 años y una carrera musical, en clave de compositora, cantante y guitarrista, digna de ser contada y reconocida. Su evolución artística acontece a muchas millas al Oeste de su Illinois natal, ya que con sólo 22 años se traslada a Los Ángeles -urbe en permanente ebullición en el cine, en la música y en sus innovadoras formas de vida-, y allí funda, en compañía de la también guitarrista Suzi Gardner (1960), el grupo de punk rock L7, que resultará a la larga su sello distintivo en el mundo de la música. Hablamos de una mujer comprometida con el movimiento feminista al punto de que este grupo musical puede incluirse en el interesante e impactante movimiento denominado “Riot grrrl” (“chica disturbio” en español),  ligado a la escena musical alternativa, cuyos orígenes los encontramos a principios de los años noventa en la ciudad de Olympia (estado de Washington). El lema del movimiento era  “cambiarlo todo”, dejar de ser groupies de las bandas masculinas predominantes de la escena musical de entonces y llevar las riendas de sus propias formaciones, para lo que fundieron sinergias gracias a la compleja y efectiva red de intercambio propio del mundo underground (que engloba a movimientos contraculturales ajenos a la cultura mayoritaria), generando un sentimiento de comunidad fuertemente vinculado al mundo de la cultura gracias a la filosofía del DIY (Do It Yourself; Hazlo tú mismo), con una proyección que iba más allá del mundo musical y del propio arte para llegar al activismo y a la militancia política.

La música de la banda L7 fue calificada en su momento como parte del grunge, cuyo germen tuvo también lugar en el Estado de Washington y, en concreto, en la ciudad de Seattle, y que podemos definir como un subgénero del rock alternativo con influencia del propio punk (estilo matriz de L7), del hardcore punk, del noise metal e incluso del heavy metal.

Su discografía con L7 se compone de los siguientes álbumes: L7 (1988), Smell the Magic (1990), Bricks Are Heavy (1992), Hungry for Stink (1994), The Beauty Process: Triple Planitum (1997), Liv: Omaha to Osaka (1998), Slap-Happy (1999), y The Slash Years (2000). Como vemos, los discos se condensan en apenas poco más de una década, disolviéndose el grupo en el último año del siglo XX.

Llegados a este punto, es el momento de escuchar a Sparks y su banda. Y, para comenzar, qué mejor que un tema de su primer álbum: “It´s not You“: https://youtu.be/kkwT26Y6M30 Música fresca y desenfadada, con letras provocadoras y puesta en escena brutal.

No obstante, a mí me gusta más el tema “Pretend:We´re Dead” de su tercer disco, Bricks are Heavy, cuyo vídeo comparto seguidamente con vosotr@s: https://youtu.be/NAdlZ2F-fs8 , creo que os va a agradar, la voz de Donita es una buena referencia del género punk y la rítmica de las guitarras y el tempo resulta muy envolvente (música genial para compartir con la cuadrilla de amig@s en un bar oscuro y repleto de gente).

Un paseo con curvas pronunciadas, sin brújula y sin reloj es más que recomendable a través de la página web de nuestra protagonista de hoy: https://web.archive.org/web/20080819044257/http://donitasparks.com/

Admirada Donita, nos hemos quedado un poco huérfanos de vuestra música, tras la disolución de L7, ¿has pensado en reunir al grupo de nuevo? Estoy seguro de que lo has pensado muchas veces pero llevarlo a la práctica debe resultar más complicado. Y, de esta forma, también hemos podido disfrutar de una artista en solitario, solvente y genial, y así has publicado un álbum, Transmiticate,  en 2008, sobre el que voy a volver. Tu activismo feminista se mantiene incólume -y falta que hace- puesto que bandas musicales como L7 son siempre un soplo de aire fresco en el panorama artístico poniendo en valor el talento y la creatividad de los buenos músicos: aquí no hay sexos ni razas. Y si en el punk era necesario “apagar el rúter” para un encendido más moderno, vosotras  no sólo lo habéis apagado sino que habéis lanzado el rúter de la involución trasnochada al Océano Pacífico de Seattle. En 1991 tuvisteis con L7 participación activa en los conciertos “Rock for Choice” (Rock para decidir) cuyos beneficios fueron transferidos a movimientos “Pro elección”, sobre el derecho a decidir de las mujeres ante un embarazo no deseado, reivindicación que aún hoy, más de tres décadas después, resulta un desafío en algunos Estados norteamericanos; programa de conciertos en el que estaban con vosotras grupos tan influyentes en la escena musical de los noventa como Nirvana. El hecho de haber involucrado a Kurt Cobain y a su banda en el momento de su mayor influencia artística pone bien a las claras vuestra habilidad comunicativa pero también vuestra calidad musical para compartir festival con ellos.

 Y, claro está, que la canción con la que voy a bajar el telón de esta interesante aventura por tu trayectoria artística y vital, va a ser de tu álbum en solitario, y, en concreto, del tema “He´s got the Honey” : https://youtu.be/oDnNcT23xc8 , y, ¿por qué no dos? -como cervezas que me voy a tomar en breve-: comparto también la canción  “Into the Hi Fi” (y es que…si antes hablamos de rúters…) : https://youtu.be/Ak8QNqiTl-o . Con este ritmo tan bien engrasado y esa voz segura y retadora, admirada Donita, la noche se presenta larga aunque estemos en junio, porque -ya se sabe- cuando los bares nos ocultan la luz, el temprano amanecer del equinoccio estival pasa desapercibido, lo que no ocurre felizmente con tus contundentes acordes y el firme pulso de tu ritmo.