Rescatando partituras de mi archivo, recuperé una muy especial, titulada “GUITAR”, que me servirá de pretexto para aproximarme a la trayectoria de su compositor, el guitarrista ruso Nikita Koshkin, de 61 años de edad en la actualidad, nacido en Moscú en 1956. Sus primeras influencias musicales fueron los grandes compositores contemporáneos rusos como Stravinsky, Prokofiev o Shostakovich, siendo igualmente permeable a la música rock de su juventud.

Mi recorrido por sus composiciones ha sido tan puntual como trascendente, ya que la obra obligada de 6º de guitarra clásica (último año del grado profesional), fue la mencionada partitura “GUITAR”, composición de ritmo ternario y subdivisión binaria con un tempo “Lento espressivo”, interrelación deseable y apropiada en “la lógica de la música”, ya que, si bien no es un axioma, la expresividad de una obra como ésta requiere un tempo lento -máxime dada la abundancia de armónicos a los que me referiré posteriormente-, y a su vez, la ejecución lenta -eso sí, con la debida personalidad- resulta en sí misma expresiva.

“Guitar” se muestra como una obra de rítmica sencilla y previsible jugando con las notas muy hábilmente, intercalando en buena parte de los arpegios notas pulsadas muy agudas con otras al aire, y con varias ralentizaciones al tempo general ya lento, con reguladores de intensidad de diferente signo que acompañan los pasajes de la partitura ayudando a obtener una mayor expresividad. La mayor peculiaridad de esta obra es sin duda la ejecución bastante repetida de armónicos de guitarra en diferentes partes del mástil (muy especialmente en los Trastes V, VII y XII) y en todas las cuerdas, en ocasiones varias al unísono, siendo muy útil el estudio de esta partitura precisamente para descubrir esa ingente cantidad de notas “escondidas” que existen en el “Universo guitarra” por más que sólo en contadas ocasiones trabajemos con ellas.

La mayor dificultad de su ejecución de armónicos, a mi entender, es la pulsación de la mano derecha, ya que, si bien es necesario fijar la mano izquierda en el traste adecuado sin pisar la nota (solamente acariciando el traste), la ejecución en la guitarra clásica de la pulsación de la mano diestra se suele hacer fijando el índice en la cuerda y pulsando con el anular en la misma; desde luego, una vez obtenidos esos sonidos tan especiales y enigmáticos que dan un color diverso y enriquecen a las notas comunes pulsadas, resulta muy tentador no sólo mejorar la ejecución de los armónicos sino descubrir otros.

Hay que decir que si bien la lectura de esta partitura de Koshkin, editada en 1993 por Verlag Hubertus Nogatz, Düsseldorf, K&N 1105, resulta cómoda por su impresión y ausencia de complejidad rítmica unida a su ejecución lenta, esto cambia cuando analizamos los armónicos cuyos agudos tan extremos multiplican el pentagrama tradicional a 6 líneas adicionales (con todo lo que ello conlleva para identificar inicialmente cada nota armónica).

La obra resulta nostálgica y conmovedora desde su inicio, con una frase característica que se repite, y, que tras varios episodios finalmente se vuelve a ella como inmediata antesala de los diez últimos compases de notas armónicas con los que culmina este trabajo del compositor Nikita Koshkin, pleno de disonancias atractivas, integradas en intervalos con notas alteradas accidentalmente que mutan casi instantáneamente en naturales, lo que requiere una concentración en la lectura, que quizá en otro tipo de obras más clásicas pueda resultar más superficial por su previsibilidad.

Me ha resultado muy agradable volver a tocar esta pieza, “Guitar”, que puede aportar un amplio abanico de recursos tímbricos a cualquier guitarrista, y seguramente en esta obra pueda encontrarse buena parte del estilo de este compositor contemporáneo, una amplia gama de colores y matices para transmitir una expresividad dramática propia de sus obras, entre las que hay que destacar además “Usher Waltz”, inspirada por cierto bien lejos de su Rusia natal, ya que se relaciona con la historia de Edgar Allan Poe “The Fall of the house of Usher”, además de sus variaciones “The Porcelain Tower”, obras que espero descubrir e interpretar con la misma intensidad que “Guitar”.